Perícles, Príncipe de Tiro

de Willam Shakespeare. Dirección Hector Manuel Vidal

Estreno: 7 de octubre de 2002. Teatro Victoria

Con Pericles, príncipe de Tiro de William, Héctor Manuel Vidal, actual director artístico de la Comedia, volvió a la dirección; no montaba una obra desde 1994, año en que dirigió Paquete de mentiras de Hugh Whitemore, también con el elenco oficial. 

La obra fue postulada ocho veces por la Asociación de Críticos Teatrales del Uruguay al premio Florencio, por los rubros Mejor Espectáculo, Dirección, Actor Principal (Pablo Varrailhon), Actriz de Reparto (Jimena Pérez), Escenografía (Claudio Göeckler y Títeres de Cachiporra), Vestuario, Ambientación Sonora e Iluminación. Obtuvo tres en los rubros Escenografía, Ambientación sonora e Iluminación. 

Es la primera vez que esta obra tardía de Shakespeare se estrena en Uruguay y hasta donde se averiguó, en América Latina. La pieza es muy poco representada incluso en los países de habla inglesa. Fue especialmente traducida al español para este montaje por Luis Masci. 

Vidal convoco, además, a Javier Perazza (Títeres de Cachiporra) con el fin de integrar títeres y muñecos a esta puesta en escena cuya escenografía está a cargo de Claudio Goeckler, el vestuario de Soledad Capurro, la iluminación de Martín Blanchet y la música en vivo de Fernando Ulivi . Pericles narra la historia de un joven heredero que descubre un vergonzoso secreto en un reino vecino y debe abandonar la ciudad perseguido por él. 

Así comienza un viaje de aventuras en varias ciudades mediterráneas. El mar es un verdadero protagonista de la obra y la tempestad un factor que empuja a los hombres al azar. El joven príncipe se casa y tiene una hija que nace en medio de la tormenta. La madre dada por muerta va a un templo y la niña, con el tiempo, a un burdel. Finalmente, el largo viaje termina con felicidad. Se ha fundado un nuevo mundo de naciones unidas y descendencia asegurada. 

El elenco estará integrado por Andrea Davidovics, Fabricio Galbiati, Levón, Estela Medina, Cristina Machado, Luis Martínez, Claudia Rossi, Oscar Serra, Daniel Spinno Lara (o Andrés Pazos), Pablo Varraillhón, Juan Worobiov y la joven actriz invitada Jimena Pérez. 

El tema de Pericles proviene de El libro de Apolonio, que fue llamada la novela más popular de la Edad Media y de la que se conservan más de cien manuscritos. El origen es rastreable hasta el siglo VI, pero es probablemente que haya una versión del siglo III (de la época en que se fecha a Dafnis y Cloe) y hasta es probable una anterior versión en griego. La historia fue incluida como capítulo 153 en la popular recopilación Gesta Romanorum y desde principios del milenio se tradujo a las lenguas romance. 

La primera versión anglosajona es de mediados del siglo XI, mientras que la española esta fechada hacia 1330, la misma fecha en que El libro de Alejandro, la otra popular novela medieval. Todavía a mediados del siglo XVIII el español Antonio Merano y Guzmán escribe Mágico Apolonio para teatro. Shakespeare se basa en el poema Confessio Amantis de John Gower (1325-1408), al punto que coloca al espíritu de este poeta como personaje en escena. Será el propio Gower vuelto de entre sus cenizas, el encargado de ligar con su canto los fragmentos de la historia propuesta. 

Shakespeare cambió el nombre del héroe; se especula que fue impresionado por la vida de Pericles, el gran estadista del siglo V, sobre quien habría leído en Plutarco. 

Como muchas otras obras de Shakespeare, la autoría ha sido discutida y sobre todo se ha desacreditado tempranamente la primera edición en cuarto de 1609, pese a que hay referencias contemporáneas sobre su inmensa popularidad. Después de la restauración de los teatros clausurados por Cromwell en 1641, Pericles no se representó durante 80 años, hasta una versión adulterada en 1738. El siglo XVIII rechazó a Shakespeare entero por no adecuarse a las reglas del clasicismo francés. Los victorianos rechazaron Pericles en particular, sobre todo por la presencia del incesto y las escenas de burdel. La única representación en el siglo XIX fue convenientemente desinfectada . 

El siglo XX ha ido reivindicando la obra e, incluso, la propia edición de 1609: hoy no queda duda de que hay al menos una buena cantidad de escenas escritas por Shakespeare.

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