EL MISÁNTROPO

de Moilère
dirección Daniel Espino Lara

TEATRO SOLÍS
viernes y sábados 21hs, domingos 19hs.

ÚLTIMAS FUNCIONES 21 y 23 DE NOVIEMBRE (22 de noviembre no hay función)

>> sinopsis

Alceste es un hombre obsesionado por la verdad, quiere ser honesto y sincero y que los demás lo sean con él, rechaza duramente las costumbres sociales de su tiempo y está dispuesto a perderlo todo en defensa de sus valores, cada vez más alejados de la doble moral de su época. Vive en un mundo que no comparte, y carga con el sino de amar a una mujer que representa todo lo que él condena.

El misántropo del título (interpretado por Gabriel Hermano), es un hombre obsesionado por la moral, que condena duramente a la sociedad de su tiempo, alejada de los valores de honestidad que considera más elevados. Vive en un mundo que no comparte, y del que pretende alejarse junto a su enamorada, que forma parte del mundo que él rechaza. Pero Alceste, a pesar de tener razón en su crítica, es condenado al ridículo, por la desmesura con la que lo hace, incumpliendo la predica de la moral de la época. Con El misántropo, Molière satiriza las costumbres sociales de su época, y nos brinda un reflejo de sí mismo.

Además de actuar y escribir, Molière dirigió con rigor y carisma una compañía de actores que sentó las bases de lo que sería luego la Comédie Francaise, cuyos actores se consideran hasta hoy herederos de su troupe. Moliere es el autor más representado en su país, por la vigencia de sus reflexiones sobre la volubilidad humana, el poder y la religión. Fue un hombre de teatro que comprendía el mundo desde un enfoque crítico y político, y en cuyas obras buscaba la risa nacida de la complicidad y la coincidencia con el público.

>> sobre la obra

El Misántropo es una creación singular para la época. Los personajes principales de la obra pertenecen a la aristocracia, pero su comportamiento no sirve, como en las tragedias clásicas inspiradas en las monarquías e imperios, para resaltar las virtudes de la nobleza. «El Misántropo» hace funcionar un salón aristocrático en donde se debate el juego de las apariencias o de la hipocresía. Alceste, el enamorado atrabiliario, es un héroe ambiguo y, como todos los héroes, la invulnerabilidad de sus normas éticas se ve amenazada por el punto vulnerable de sus sentimientos amorosos. Un coro de intrigantes, fatuos, hipócritas, chismosos y vanos cortesanos actúa como contrapunto de Alceste, y las figuras de Filinto y Elianta constituyen el puente de prudencia y sabiduría, como portavoces del propio Molière.

Duraba aún el luto en la Corte francesa por el fallecimiento de la reina Ana de Austria, madre de Luis XIV, cuando se estrenó, el 4 de junio de 1666, en el teatro del Palais- Royal, "EL MISÁNTROPO" que los más altos prestigios literarios de la época y posteriores han juzgado como la obra cumbre de Moliére. Las mismas circunstancias que rodearon históricamente su creación, hicieron que la obra difiriese notablemente del resto de la producción de su autor y tomara características propias.

"Misántropo", como su etimología indica, es quien "aborrece al hombre". Pero la misantropía de Alceste, el protagonista, es muy particular: viene de su contacto con la mediocridad que es la medida ordinaria del mundo que lo rodea. Espíritu de valores absolutos, Alceste se ha hecho de la humanidad una imagen ideal que persigue vehemente a través de las imperfecciones de la realidad. Enfrentándolo, Moliére coloca a Filinto para mostrar la actitud contraria o, quizás, el dualismo creado por la oposición de las fuerzas contradictorias que se agitan dentro de nosotros y que hacen que nuestros ideales espirituales se contradigan con las actitudes que debemos asumir en la convivencia diaria. En este sentido podría hablarse de dos actitudes, por opuestas no menos reales, que existen simultáneamente en el ser humano: la realidad y lo que aspiramos a ser. Mientras Alceste es el hombre honesto en sentido estricto, Filinto es el hombre honesto de acuerdo a las cortesías y complacencias mundanas que en definitiva no son otra cosa que formas de complicidad y que un moralista debe rechazar y condenar. Por eso el calificativo de "misántropo" no es el que mejor le cuadra a Alceste cuya aversión hacia el género humano tiene como destinatario  a los farsantes, a los hipócritas, a los mentirosos: Alceste es un enamorado, y no solo de Celimena, sino también de la verdad, de la justicia, de la bondad, del honor. Ni el propio Moliére debió estar muy conforme con ese calificativo cuando subtituló a su obra "EL ATRABILIARIO ENAMORADO", esto sí es Alceste: un enamorado dominado por una negra melancolía, un hombre severo e intolerante, a cuyo alrededor  se agita una sociedad maledicente y distorsionada en sus valores y que hace que los enfrentamientos de la pieza sean en realidad, por debajo de su aparente frivolidad, enfrentamientos de conceptos de vida y no una simple querella por el amor de una amada inconstante.

Quizás por la culpa de la época, el personaje de Alceste fue actuado por Moliére como un papel cómico. Pero ese carácter fue evolucionando luego por las diferentes interpretaciones que le siguieron hasta nuestros días, a tal punto que ya Musset encontraba en  EL MISÁNTROPO esa "vitalidad viril tan triste y profunda de la que en vez de reír habría que llorar". Pero fue Juan Jacobo Rousseau, misántropo entre los misántropos, quien haciendo suyas las teorías de Alceste, tuvo una mayor influencia en la trasposición de su figura y lo convirtió en "un personaje de todos los tiempos". El romanticismo hizo de Alceste un personaje serio, símbolo de la conciencia, precursor de la revolución contra la hipocresía y con un fondo  de humanidad que hace quererlo por encima de la violencia de sus desplantes y sus giros extremados.

Esta es, sin duda, la obra más perfecta nacida del genio de Moliére, la que le costó más trabajo, puesto que contrariamente a su costumbre trabajó en ella varios años.

Es también la que le sirvió de modelo con mayor asiduidad a los autores a través de las diferentes épocas: desde "La Escuela del Escándalo" se Sheridan a "El Enemigo del pueblo" de Ibsen.

Es "una comedia para la gente honesta", dijo Moliére, y su protagonista, es en definitiva la sociedad misma. Pero esta sociedad enmascarada de Moliére tiene como característica -a diferencia de las máscaras de Pirandello- que en ella no se puede disociar la máscara de la naturaleza íntima del personaje, la mácara constituye la estructura misma de esta sociedad y de ahí su perfecta integración y la deformación óptica que vuelca el autor sobre los caracteres que rodean al eje central de la acción de la que deriva la risa satírica del espectador.

EQUIPO TÉCNICO

Elenco: Gabriel Hermano Jimena Pérez, Fernando DianesiMario FerreiraAlejandra WolffAndrea DavidovicsLuis Martínez, Juan Antonio SaravíAndrés Papaleo

Escenografía y vestuario: Cristina T. Cruzado

Realización de pelucas y maquillaje: Fernando Robaina

Iluminación: Claudia Sánchez

Música:  Gregorio Bregstein y Julia Bregstein

Traspunte: Alejandro Rey, Carmen Barral

Traducción: Laura Pouso

Versión y dirección: Daniel Espino Lara