Horacio Ferrer

Músico, poeta, compositor

De padre uruguayo y madre argentina, nació en Montevideo el 2 de junio de 1933, pero de joven partió a Buenos Aires, la ciudad a la que dedicó piezas sublimes de su obra como poeta tanguero y en la que falleció el pasado diciembre, a los 81 años. Sus máximas obras fueron compuestas para Piazzolla, con quien creó también la operita María de Buenos Aires. Ferrer además presidió desde su fundación en los ‘90 hasta sus últimos días, la Academia Argentina de Tango.
Ya de niño componía obras de teatro para títeres. Al finalizar la secundaria, comenzó la carrera de arquitectura, pero tras ocho años de estudios no la acabó. Mientras tanto trabajaba en Montevideo como secretario en la Universidad de la República y como periodista en el periódico El Día. En paralelo organizaba una emisión radial en el SODRE llamada Selección de Tangos y conciertos para promover nuevas tendencias del género. Fundador de la revista Tangueando, antes de escribir poemas publicó libros sobre esta música declarada patrimonio de la humanidad por la Unesco. Acabó mudándose a Buenos Aires en 1967, el mismo año en que publicó su primer libro de poesías, Romancero canyengue. Fue entonces cuando se convirtió en letrista de tango y acompañó a grandes músicos como Piazzolla y Horacio Salgán, con quien compuso el Oratorio Carlos Gardel.
Despojó al género de la típica queja plañidera y lo perfumó con dulzura, con un toque de locura, y la eficiente hipérbole surrealista, amalgamadas en versos que son y serán jóvenes hasta el fin de los días.

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