LA VOZ HUMANA

Temporada de Ópera 2015: 23, 25 y 27 de abril de 2015 en Teatro Solís / De Francis Poulenc y Jean Cocteau / Dirección musical Martín Lebel / Dirección escénica Margarita Musto

 

De Francis Poulenc y Jean Cocteau
Teatro Solís
23, 25 y 27 de abril de 2015

Temporada de Ópera 2015

Intenso monólogo escrito por Jean Cocteau (1930), musicalizado por el compositor Francis Poulenc, sobre la última conversación telefónica de una mujer con su amante, quien la ha abandonado. En esta puesta en escena se presentan en una misma noche las dos versiones: la teatral y la operística. Tres destacadas actrices de la Comedia Nacional y la internacionalmente reconocida soprano María Bayo, serán las protagonistas.

Una mujer sola que espera un llamado. Mientras tanto se viste de ansiedad, desolación y angustia: la incertidumbre se ve plasmada en las notas del violoncelo. Los sonidos aparecen con la intensidad de sus sentidos, porque cuando la voz humana no habla, el instrumento toca y los silencios mueren en campases discordantes.
Al concretarse el llamado, aparece la voz del otro lado: él le genera cambios de actitud por los distintos argumentos que desarrolla, desde el engaño hasta la palabra más amable.
Una obra que se introduce en el alma de una mujer que desespera, llegando al límite y descubriéndose en él. El otro lado las palabras y los silencios se transportan, acarician y hieren.

De Francis Poulenc y Jean Cocteau

Dirección musical: Martín Lebel (Francia)
Dirección escénica: Margarita Musto
Soprano: María Bayo (España)
Actrices de la Comedia Nacional:
Isabel Legarra (23 de abril) 
Claudia Rossi (25 de abril)
Cristina Machado (27 de abril)
Vestuario: Nelson Mancebo
Escenografía: Osvaldo Reyno
Iluminación: Claudia Sánchez

Únicas funciones 23, 25 y 27 de abril, 20:00 horas.

Localidades en venta en Boletería del Teatro Solís y TickAntel.
Precio 1: $700
Precio 2: $550
Precio 3: $320
Precio 4: $250
Precio 5: $100

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Producción: Teatro Solís, Comedia Nacional, Orquesta Filarmónica de Montevideo

ARGUMENTO

Jean Cocteau escribió el monólogo La voz humana para que lo actuara su gran amiga Edith Piaf, quien no se atrevió a estrenarlo jamás. Valiente como era, temía interpretar sin cantar y no alcanzar la enorme gama de emociones que la mujer de la obra ha de sentir y expresar. Es un enorme ejercicio actoral, porque esta mujer debe pasar por todos los estados de ánimo. Finalmente se estrenó en 1930 por la Comédie Française, interpretada por Berthe Bovy y desde entonces grandes actrices han dado vida a este personaje.

Casi 30 años después, Francis Poulenc musicalizó el texto de Cocteau creando esta ópera en un acto para soprano y orquesta que subtituló «tragedia lírica». Fue estrenada el 6 de febrero de 1959, en la Ópera Comique salle Favart de París, a cargo de la soprano francesa Denise Duval bajo la dirección musical de Georges Prêtre.

La voz humana es el monólogo telefónico de una mujer, “Ella”, que espera el llamado de quien fuera su amante durante cinco años. Cuando suena el teléfono muchas personas ocupan la línea. Al concretar la comunicación ella comienza a contarle de su noche anterior, su dolor de cabeza, su comida, sus compras. Él intenta cortarle, pero ella insiste, le dice que puede seguir sus asuntos cuando quiera y busca retenerlo sin que pida disculpas. Ella trata de hacerse cargo de su situación y de eximirlo a él, “Soy yo que soy estúpida”, “Tú eres muy dulce”, “No me creo tan fuerte”, “No tengo la voz de una persona que esconde algo”. “He decidido tener coraje, tengo lo que merezco”, “Todo es culpa mía”. Hacia el final, ella le dice que podrá ir a buscar sus pertenencias a la conserjería y que es posible que ella pase algunos días en el campo. La línea sigue funcionando, “Es gracioso porque te escucho como si estuvieras en la habitación... ¡Aló, aló! (...) Vamos bien, ahora, te escucho bien, pero muy lejos, muy lejos, (...) Quiero decir que mejor que nunca en toda esta hora... Parece que no es su aparato”.

A lo largo de la conversación hay muchas interrupciones, ya que el servicio telefónico de París era reconocido por su deficiente calidad, lo que genera gran desesperación en “Ella”. Al concretarse el llamado, aparece la voz del otro lado, que genera cambios de actitud, donde los silencios acarician y hieren; con un encadenamiento de ideas sin lógica aparente, propias de un estado de crisis extrema. Él se va a casar con otra mujer al día siguiente. Esta será la última vez que hablen, a pesar de sus ruegos o reclamos.

El propio Poulenc señala explícitamente en la partitura cómo debe ser la interpretación musical; "es del juego de la intérprete del cual dependerá la extensión de los silencios, tan importantes en esta partitura; todas las partes de canto sin acompañamiento deben ser en un tiempo libre, en función de la escena. Se debe pasar libremente de la angustia a la calma, y viceversa; la obra entera debe estar inundada por la sensualidad orquestal".

Por su parte, Cocteau aporta notaciones sobre decorados y a la puesta completa de la obra, tarea que cumplió él mismo hace 80 años.

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