Justino Zavala Muniz

Político batllista, historiador, novelista y dramaturgo fue el creador y enérgico defensor de la Comedia Nacional.

 

Justino Zavala Muniz fue un político batllista, integrante del grupo radical Avanzar, opositor al régimen de Terra, activo militante por la República española, periodista, historiador, novelista y dramaturgo. Deseaba acercar la cultura al pueblo. Con ese objetivo creó y defendió la Comedia Nacional en 1947. Más adelante fundó la Escuela Municipal de Arte Dramático, La Escuela Municipal de Música, el Museo y Biblioteca del Teatro Solís.

Nació en Melo en 1898, donde formó parte de grupo intelectual juvenil junto con Emilio Oribe, Juana de Ibarburou y Casiano Monegal.
Fue diputado por tres períodos antes del golpe de estado de 1933, cuando fue desterrado a Brasil . Participó en la revolución de 1935 contra el régimen de Terra. En 1942 fue elegido senador. Fue Consejero Nacional de Gobierno en el segundo colegiado colorado a partir de 1955. 
En noviembre de 1954 inaugura la Asamblea Mundial de la UNESCO en Montevideo, de la que es electo Presidente por el período 1954-1956.
De su producción literaria se destacan cuatro obras de teatro: La cruz de los caminos (1933), En un rincón del Tacuarí (1938), Alto Alegre (1940), y Fausto Garay un Caudillo (1942).

Fue el dirigente de la Comedia Nacional durante casi una década desde su cargo de Presidente de la Comisión de Teatros Municipales con plenos poderes y autonomía de acción. Tuvo el invalorable apoyo de la experiencia del empresario y autor teatralAngel Curotto y a partir de 1949 de la actriz catalana Margarita Xirgu.
Durante cuatro o cinco años la Xirgu pasó a formar, con Zavala Muniz y Curotto una suerte de trinidad del poder en la conducción de la Comedia Nacional, de su repertorio y de la suerte de sus actores. (*I)

Participó de todos los proyectos para crear un teatro del Estado en los años cuarenta.
Concebía un teatro al servicio de la gente, entendía que había que otorgarle al teatro una función didáctica. Fundó la Comedia Nacional con el objetivo de promover los autores uruguayos, dar a conocer un teatro de arte, diferente al teatro comercial, que estaba en manos de empresarios.
De la documentación relevada en el Archivo de la Comedia Nacional se desprende que Zavala Muniz, con el apoyo de Curotto desde su cargo de Director Gerente, era quien decidía el repertorio, elegía los directores y el elenco de cada obra. Una vez creada la Escuela integraba los tribunales de egreso. Conocía muy bien a los alumnos. Era una caudillo paternalista.
En el camarín número ocho del Teatro Solís, Zavala estableció durante años una verdadera cátedra a la que acudían directores, artistas, intelectuales a escucharlo.

En 1964 integró por segunda vez la Comisión de Teatros Municipales trabajando en estrecha colaboración con el director estable Ruben Yáñez. En 1967 volvió a integrar la Comisión para solucionar una crisis, falleció poco tiempo después, el 23 de marzo de 1968 en Montevideo. El entierro se realizó el día 24, donde se le rindieron honores de jefe de Estado.

 

TESTIMONIOS

Nelly Méndizábal:
... Zavala Muniz.....quien creo que no está suficientemente valorado.... Es muy injusto que no se le recuerde. Previamente había estado la Comedia del SODRE donde había estado Margarita y Viñoly Barreto... estrenaron En un rincón del Tacuarí de Zavala que dijeron que había que darla con franja verde y Zavala dijo que no, que el la retiraba... .(era) un hombre que tenía una gran formación cultural, pero tenía además condiciones de dirigente y de organizador. También es cierto que estuvo rodeado de gente que lo ayudó mucho, Curotto, Gallichio, la propia esposa de Curotto que lo ayudó mucho. (*II)

Alberto Candeau:
Zavala Muniz nos decía siempre...nos llamaba, nos citaba al camarín ocho, el famoso camarín donde se reunían políticos, artistas, gente de arte, nos llamaba Zavala al grupo de teatro mientras actuábamos, él tomaba sus cafés ahí y conversaba con sus amigos y nos dijo un día, nos alentó porque nos vio deprimidos, porque las críticas eran severas, porque hacíamos todas obras nacionales los primeros años, los dos primeros años, entonces nos dijo: esto es una obra, quédense tranquilos que recién dará sus frutos dentro de treinta años y no se equivocaba, antes dio sus frutos, pero él daba es plazo... (*III)

Ruben Yáñez:
Con Zavala Muniz, para mi fue una experiencia... lo tengo que decir...yo en aquella época era socialista, y Zavala era colorado, batllista, para mi fue muy interesante porque yo tenía padre y madre españoles y él era muy de acá, entonces lo que aprendí del país, lo aprendí al lado de Zavala. 
(Yáñez dirigió Fausto Garay, un Caudillo en 1962)... Si eso fue muy graciosos, lo fuimos a ver a Bañados de Medina...porque yo la toqué la obra, la toqué bastante, entonces Adela (Reta) dijo Uh!, hay que ver si esto Zavala lo admite Yo era joven y dije Bueno vamos yo pensé: que el viejo se de cuenta que escribió para otra época . Yo lo que quería que la gente la recibiera bien la obra, que no fuera un lata.
Entonces Adela dice Vamos a Bañados de Medina y llevás la obra y se la leés -porque él estaba allá- Entonces Zavala estaba en el patio de la...no era estancia porque ellos fueron perdiendo campo. Era el lugar donde había escrito la Crónica de Muniz . Estaba ahí, en el patio, tomando mate con un chajá que se paseaba...era muy gracioso para mi que era del Cerro...entonces charlamos muy amablemente, y él preguntó: ¿qué los trae por acá? y yo le dije: mire Zavala esta obra hay que mejorarla, mejorarla en el sentido del público actual y me dijo: a ver léame Yo temblaba, pensaba este hombre me va a mandar a ... y empecé uno por uno los cortes: Está muy bien, tiene razón, está muy bien, está muy bien ¡y aceptó todo! ¡Yo iba temblando. Y ahí la hicimos y él fue a todos los ensayos!

(Cuando estuvo en la dirección de la Comedia)... Yo iba mucho a la casa de Zavala, a tomar mate de mañana y él me contaba de las cosas de acá, de las revoluciones, yo aprendía como loco. Tuvimos ese desencuentro que te juro que no me acuerdo porque fue....( por declaraciones que Zavala hizo en El País sobre la función del director de la Comedia Nacional) .... yo lo quería mucho a este hombre... pero lógico me calentó... hice la carta(de renuncia) y voy de mañana como iba habitualmente y le dije Zavala le traje una carta, la lee y cuando lo miro estaba desmayado arriba del escritorio, dije: ¡Ay lo maté, esto es horrible!, fui y llamé a la mujer y le dije Zavala está mal , y ahí lo reanimaron...Nunca me dijo una palabra...teníamos una relación...podía ser mi padre. Yo la retiré inmediatamente. (*IV)

Taco Larreta:
(Se refiere a Margarita Xirgu)... a ella no le gustaba figurar. Pero iba disciplinadamente, llegaba....Esas reuniones en el Camarín ocho empezaban antes que terminara la función, después se prolongaban, Zavala se instalaba antes y ya empezaba a recibir, si sabía que yo estaba en el teatro, por ejemplo, me mandaba llamar. Hablaba Zavala todo el tiempo...era el único que hablaba, y había actores que iban a escuchar, iban a ocupar su sitio...era como una cátedra. Y Margarita iba y de pronto ponía cara de escuchar pero estaba medio dormida, de pronto Zavala la interpelaba: Margarita cuente algo pero era rarísimo porque le gustaba hablar a él, pero en apoyo a algo, Federico en Buenos Aires....Lo que recuerdo es eso: el aguante de Margarita! Al extremo a que llegaba, siendo Margarita Xirgu iba al Camarín ocho! Justino hablaba de cualquier tema, él hablaba mucho, de las cosas de que más hablaba era de su íntima amistad con Federico, de la coincidencia . La coincidencia era que se había estrenado en Buenos Aires al mismo tiempo La Cruz de los caminos y una obra de Federico..... y habían estado juntos en un café esperando las noticias de los diarios....... el otro tema era sus obras, sobre sus obras. El tema era él. El hombre más egocéntrico que yo he conocido en mi vida, hablaba de él todo el tiempo. Si, era el Zar de la Comedia! (*V)

Carlos Maggi: 
La historia de los Muniz, sabés que eran blancos, él hizo la Crónica de la reja que es la historia real de lo que pasó en la casa...él siempre dijo que no era colorado, que era batllista.....-Zavala era muy amigo de Paco Espínola. Se iban juntos a Bañado Medina. Tenía todo para ser muy amigo mío, no? Por si fuera poco a mi me gustaba, la Crónica de la reja me parece un libro excelente, y me gustaba mucho lo malo que era, las resoluciones que tomaba en la Comedia, porque era un tipo de mal llevar, yo lo conocí después del 47, era Senador batllista, para lo que él quería (se refiere a la fundación de la Comedia Nacional) usaron la Intendencia que era también batllista porque era mucho más fácil. Creo que él hizo lo que quería, eligió todo él, se llevó la gente para la administración, se llevó a Curotto, después hizo la escuela con Margarita Xirgu y esperó a que se creara una generación, hizo todo como hay que hacerlo y de paso deshizo todas las ilusiones. Porque estrenó totalmente todas las obras uruguayas que estaban para darse. Todos los dramaturgos uruguayos que tenían una obrita escrita fueron y la dieron. El elenco era muy flojo y las obras eran peores, no había nada (...) Justino era de carácter difícil, te cuento la anécdota conmigo: Yo lo conocí y lo traté con afecto, y bien, era amigo de Paco y el hecho que hubiera hecho la Comedia me parecía bien y cómo la había hecho también. Pero yo escribía en Marcha cosas críticas sobre el Uruguay, entonces un día me agarró y me dijo: usted pertenece a una generación ingrata y usted es un ingrato, reciben un país maravillosos, un país como no hay y tienen que encontrarle pelos a la leche , me trató malamente y después no nos saludamos más. Pasó un tiempo, no me acuerdo cuánto y a propósito de Paco, hubo un acercamiento. Entonces yo le mandé una carta, que yo aceptaba discutir, pero que llevar eso al plano personal, en el caso de él a mi me dolía, y dije al pasar que total un malentendido no importaba nada. Y me contestó: Acá no hay ningún mal entendido, hay un mal expresado: usted! , en el momento de reconciliar!... (*VI)

Dumas Lerena:
A Justino lo conocí claro, cuando estábamos en la escuela siempre iba a ver los exámenes, se preocupó muchísimo. Había una cosa apasionante en el Solís que se llamaba el Camarín ocho. Iba de muchacho, de recién egresado. Estaban por ejemplo Paco Espínola, Cúneo, Lauro Ayestarán, toda esa gente iba a visitar a Zavala, todos grandes conversadores, Paco por ejemplo...y se pasaban la posta. Era un placer..era antes, durante y después del espectáculo seguía, iba Margarita, iba Curotto...Zavala fumaba y tomaba café.


ZAVALA MUNIZ REALIZA EL BALANCE DE LOS PRIMEROS NUEVE AÑOS DE LA COMEDIA NACIONAL (*VII)

La historia de lo que podemos llamar el nuevo Solís es muy breve, no alcanza aún a los diez años. Pero ha sido decisiva a mi juicio para la cultura uruguaya, especialmente para la evolución de nuestro teatro. La Comisión Municipal creada en 1947 y que me tocó presidir se encontró con un Solís desmantelado. El escenario no contaba con una sola tela y puede decirse que la parrilla no existía. De modo que, antes de pensar en qué destino, que orientación debía imprimirse al Solís, era necesario convertirlos nuevamente en un local apto para el desarrollo de actividades teatrales. Logrado esto vino el gran problema: ¿qué hacer con el Solís? Diversas y encontradas eran las opiniones que andaban por el ambiente. Algunos se mostraban. Algunos se mostraban partidarios de convertir al Solís en una simple fuente de recursos municipales. Todo quedaría solucionado llamando a licitación para su arrendamiento y embolsado tranquilamente su producido, sin preocupaciones, sin dolores de cabeza, sin tener que bregar con actores, autores, gustos del público etc.
Otros abogaban por convertir definitivamente al Solís en un teatro lírico. Pero para mi no era este su destino: no era así como podríamos contribuir más eficazmente a la cultura del pueblo. Sin contar con las enormes dificultades que impondría el mantenimiento de un teatro dedicado exclusivamente a presentar espectáculos líricos.
También pude hablar en aquel tiempo con algunas personas que consideraban que el teatro -no el Solís claro, sino el espectáculo teatral en el mundo- era una cosa terminada o en veloz agonía. La crisis del teatro era para ellos indudable y nada podía hacerse frente a la acentuada inclinación del público por el cine. Tal vez pueda afirmarse que solo la enérgica decisión de la Comisión impidió que el Solís se convirtiera en un cine más.
Al hablar de las diversas tendencias que trataban de influir en el destino del Solís, no me refiero a mis compañeros de Comisión. Todos estuvimos de acuerdo en que el Solís debía continuar siendo un teatro y que era un instrumento magnífico para realizar la obra de cultura y de recuperación que todos ambicionamos.
El rubro de que disponíamos era muy pequeño. No era sensato contar en los primeros tiempos con el apoyo de un público decepcionado por años de mal teatro. Por otra parte , nuestro propósito inclina muy principalmente dar oportunidades a nuestros escritores. Y más aún provocar el nacimiento y el trabajo regular de éstos escritores porque nadie se sienta a escribir una obra de teatro si sabe que no existe una compañía para eventualmente representarla. 
Tal como hicimos con la parte física del Solís, así como lo fuimos dotando de los materiales necesarios para ofrecer una buena representación teatral, nos pusimos a la tarea de formar una compañía estable y digna. Así creamos la escuela, fundamental para nuestros fines. Y la Escuela fue completada con la Biblioteca, el Museo y el Archivo, donde hoy se conservan verdaderos tesoros de nuestro teatro que andaban desperdigados y no prestaban utilidad alguna.

Escuela base de la Compañía.
Vino Margarita y se hizo cargo del puesto de Directora de la Escuela, Orestes Caviglia fue contratado para dirigir obras. Puedo asegurar que desde el primer día, desde la primera reunión que celebramos, los miembros de la Comisión de Teatros Municipales tuvimos la visión de una compañía teatral de alta calidad. Lo exigían el Solís y la sensibilidad de nuestro público. Pero yo estaba seguro de que no solucionábamos el problema con la simple contratación de buenos elementos o de directores expertos. No podría haber una verdadera Compañía sin la Escuela; solo ésta puede garantizar unidad y permanencia.
Y cuando pudimos comenzar verdaderamente nuestra obra, cuando la comedia Nacional que habíamos formado empezó a ofrecer funciones al pueblo montevideano, se presentó otro problema, otro conflicto entre puntos de vista distintos. Queríamos que el Solís se pagara a sí mismo, sin déficit, sin recurrir a subvenciones extraordinarias. Lo reducido del rubro de que disponíamos parecía aconsejar la conveniencia de fijar precios elevados, compensatorios en apariencia.
Pero primó el criterio acertado. El Solís no es solo un teatro; es para mi una cátedra de cultura popular. Seguimos pues una política de precios bajos a fin de lograr que el pueblo se acercara a las fuentes de la cultura. Nuestro propósito no es realizar buenos negocios aunque los éxitos de borderaux y hemos tenido muchos- sean siempre bienvenidos. Queremos, por sobre todo, realizar una obra docente de trascendencia. Y la práctica ha demostrado lo acertado de esa política. Cada año las entradas superan al año anterior y a pesar de las alternativas de toda actividad teatral, este ascenso de las cifras de boletería se ha mantenido en forma constante. Las entradas vendidas en esta temporada, por ejemplo, superan en mucho a las de la temporada anterior

La obra cumplida
Sin ninguna vanidad parece innecesario referirme a la obra que ha cumplido la Comedia Nacional en Montevideo, en el interior del país y en el exterior. Respecto a este último campo de actividades, las recientes temporadas cumplidas en Chile y en Argentina, los éxitos de público y el juicio sereno de la crítica, demuestran en forma decisiva que todos los sacrificios hechos, la dedicación de horas y de esfuerzos a esta obra han producido exactamente los frutos que habíamos previsto y deseado.
-Actualmente debido a mi cargo de Consejero Nacional he renunciado a la presidencia de la comisión, que desempeña don Ovidio Fernández Ríos. Pero esta obra es demasiado importante, hermosa y tentadora, le he dado mucho de mi mismo para desvincularme de ella. Con el espíritu de compañerismo que ha hecho posible la tarea de la Comisión, continúo ayudando a los Teatros Municipales y a la Comedia Nacional en todo lo que me es posible.

Los nuevos autores
La tarea de la Comisión es realmente muy complicada y exige gran capacidad de trabajo. Selección de obras, dirección de ensayos, formación de los conjuntos para cada obra, designación del director...y también vigilancia de la marcha de los borderaux. Todo esto con los detalles que lo componen y que no siempre pueden ser supuestas con exactitud desde afuera. Agreguemos la lectura de las obras que se presentan. Esta es una de las tareas a que presto más atención. Leo hasta la última línea de cada pieza, ante un primer acto malo y un segundo peor, temo siempre abandonar la lectura aunque ya no tenga esperanzas-considerando la remota posibilidad de que el tercer acto me revele a un desconocido capaz de hacer algún día buenas obras teatrales. Considero que mi deber no es solo decidir cuáles son las mejores obras, sino también poner mi experiencia al servicio de los nuevos dramaturgos.

La vida y el intelecualismo
No es nuestro propósito descubrir genios. Personalmente estaría muy satisfecho si la Comedia Nacional permitiera la revelación y la consagración de un puñado de buenos y nuevos autores. En esta materia considero que la llamada crisis del teatro que repercute sin dudas en los autores nacionales- proviene de un exceso de intelectualismo, de una lamentable falta de vitalidad. No es posible hacer hoy un teatro duradero mediante el fatigoso análisis de problemas y pseudo-problemas que sólo interesan al autor y tal vez a una élite que se llama a sí misma refinada. Si tuviera que dar públicamente un consejo a los nuevos escritores y he dado tantos en privado- les diría que la primera virtud del escritor es vial y no literaria. Que es necesario mezclarse con la vida, que hay que luchar y sufrir y llegar a saber cómo se lucha y se sufre. De todos modos los autores que esperamos llegarán. Estoy convencido de que los pueblos los hacen nacer cuando los necesitan realmente.


ALBERTO CANDEAU SOBRE ZAVALA MUNIZ (*VIII)

Señores y señoras: en el día de hoy fueron inhumados los restos mortales de Justino Zavala Muniz.
La Comisión de Teatros Municipales y del elenco de la Comedia rinden ahora su homenaje desde el escenario ilustre del Teatro Solís.
Ya dijeron otros de Zavala Muniz, el hombre público de una sola línea de conducta, sin claudicaciones. Dirigida a la defensa de las libertades fundamentales del hombre, sin las cuales la vida no es digna de vivirse.
Ya dijeron otros de Zavala Muniz el revolucionario y el desterrado por combatir implacable, la dictadura que derrumbó las instituciones democráticas uruguayas.
Ya dijeron otros de Zavala Muniz, el orador de palabra fluida y galana que embellecía, como la luz a los colores, la justicia de las causas, siempre nobles, que defendió generosamente.
Ya dijeron otros de Zavala Muniz, el embajador de nuestra cultura por todos los caminos del mundo, que lo llevaron, para honor uruguayo, a presidir la Asamblea General de la UNESCO, integrada por representantes de más de cien naciones amigas.
Hablen otros, en fin, de Zavala Muniz, el auténtico narrador de nuestros campos, relatados con la voz escrita de sus tres crónicas que el tiempo no ha podido, no puede ni podrá destruir. 
Nosotros, los actores, reclamamos el derecho de hablar de Zavala Muniz hombre de teatro, porque son nuestras las voces de los personajes de sus obras dramáticas. Somos nosotros, los beneficiarios de sus iniciativas, que creó e impulsó para lograr el avance del Teatro Nacional.
Somos nosotros, los discípulos de sus admirables lecciones de fe y de coraje en la obra iniciada, que recibíamos, noche a noche, en aquella inolvidable cátedra libre que fue durante veinte años el camarín Nº 8 de este Teatro Solís.
Somos nosotros, los que aprendimos a su lado a decir lóbremente lo que se siente, aunque contraríe el pensamiento del Maestro, única manera que la libertad tenga dimensión humana y no resulte una pieza de museo, aplicada en las frías páginas de los códigos muertos. Y, finalmente, porque fue él, Justino Zavala Muniz, quien nos enseñó a nosotros los actores, a tener siempre pronta la copa para brindar por el discípulo que nos venza con honor. Por todo eso, nosotros los actores, reclamamos el derecho de hablar de Justino Zavala Muniz, hombre de teatro.
En todos los tiempos de la humanidad, el teatro ha sido la Universidad de los que no han podido ir a la Universidad. Y porque lo sabía, Zavala Muniz en cada una de sus cuatro obras dramáticas expuso con claridad de mañana soleada, su pensamiento humano y desbordante de solidaridad para los humildes trabajadores del campo para los cuales no pudo encontrar con sus palabras- la divisa de la esperanza .
la Cruz de los Caminos está impregnada del dolor de sus paisanos de Bañados de Medina. Uno de ellos dice con rabia, y con desesperanza que en el campo todo es luminoso menos la casa triste donde vive el hombre (...)
Nosotros los actores sabemos mejor que nadie lo que creyó, impulso, luchó y logró Zavala Muniz por el Teatro Nacional. Proyectó la Comisión de Teatros Municipales, que dio nacimiento a la Comedia Nacional y a la Escuela de Arte Dramático, y por su iniciativa la eximia Margarita la dirigió durante años. Se instituyó el Museo y la Biblioteca de Teatro y la Escuela Municipal de Música. Se concedió el descanso semanal a los actores y participación en las recaudaciones de la Comedia. Se estimuló a los autores nacionales organizando concursos y estrenando sus piezas. Se logró la exoneración de impuestos a los espectáculos teatrales. Se establecieron las funciones populares al alcance de todos los públicos. Se cumplieron funciones especiales destinadas a los estudiantes. Por primera vez en América, por su iniciativa, se oficializó la jubilación de los actores, que ya no tienen por que temer la hora del mutis final.
Y más allá de la Comedia, pero muy vinculados con sus finalidades se creó el Conservatorio Nacional de Música y la Biblioteca de Clásicos Uruguayos, a precios populares. En los últimos tiempos presidió la Comisión Pro Casa de Descanso del Actor y Teatro de Verano de la Sociedad uruguaya de Actores 
En los primeros tiempos de la Comedia, cuando las críticas de los impacientes arreciaban, en el aula magna del Camarín 8, todas las noches nos enseñaba a tener fe en la obra iniciada para cuya madurez definitiva solicitaba el transcurso de treinta años. Mucho antes al cumplirse los veinte, las representantes de la Cultura Nacional, el 2 de octubre de 1967, en una inolvidable noche, ya totalmente consolidada la obra en forma definitiva, le brindaron el homenaje que se merecía su personalidad insobornable y su voluntad de hierro (...)
Señores y señoras, el elenco de la Comedia Nacional se inclina hoy reverente ante el gran amigo que nos deja, y la Comisión de Teatros Municipales lo despide con el respeto y la gratitud que se merece quien fue todo un hombre, nada menos que todo un hombre del Teatro Nacional Solicito de ustedes, se pongan de pie en su homenaje y guarden un instante de silencio. Y ahora, tal como él hubiera ordenado, prosigue su marcha la Comedia nacional con el texto del poeta dramático más grande de todos los tiempos. ARRIBA EL TELÓN!

 

 

NOTAS

(*I) Antonio Larreta, La vida breve en 50 años Comedia Nacional, I.M.M., 1997.



(*II) Declaraciones de Nelly Méndizábal a la autora, 29 de julio de 2004

(*III) Entrevista realizada por Rubén Castillo a Alberto Candeau en Emisora del Palacio, 1987.

(*IV) Declaraciones de Ruben Yáñez a la autora el 15 de julio de 2004

(*V) Declaraciones de Taco Larreta a la autora el 24 de agosto de 2004.

(*VI) Declaraciones de Carlos Maggi a la autora en febrero de 2004

(*VII) Archivo de la Comedia Nacional, cuaderno de recortes de prensa compilado por Curotto. 17 de agosto de 1956

(*VIII) En nombre de la Comisión de Teatros Municipales y del elenco de la Comedia Nacional, por el fallecimiento de Zavala Muniz. Citado por Serra, Oscar, Gestión del Teatro Público en Uruguay. Comedia Nacional. Crónica del acontecer de su vida institucional. Inédito, pag 153.

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