Los caballos

Estreno: 26 de setiembre. Sala Verdi

El texto comienza su gestación allá por el año 1955. Por entonces se creaba la primera organizaciñon sindical de los trabajadores arroceros, que tuvo su rancho- sede en el pueblo de La Charqueada. Las jornadas en las chachas eran de 10 y 12 horas dirarias, y la peonada trabajaba enterrada en los barreales hasta la rodilla, sin botas de goma, mordidos por las sanguijuelas y el reumatismo precoz.

El jornal magro se pagaba con tarjetas de cartón sellado por las empresas y sólo eran canjeables en la única cantina que, como todo, era de la patronal. Entonces estalla la huelga y cunde "la formidable alarma" desde el Cebollatí hasta Rincón de Ramírez, y se producen "las primeras reuniones de gente en los montes", valga el lenguaje artiguista.

Porque aquellas peonadas que se congregaban en los fogones, anunciando su llegada con el alarido ancestral, eran los descendientes de los gauchos que hicieron tropa junto a Artigas, lanza en mano y bien montados, huelguistas y sindicaleros nietos de los lanceros que ganaron la tierra con tanta "redota". Esa tierra, esta tierra que conquistaron en los campos de batalla y perdieron en las oficinas; y fueron y son los condenados por las alambradas de púa del latifundio, personajes de la Patria y de los pueblos de ratas que mostraron los dramas de Sánchez, Herrerita y Zavala Muniz.

Zafreros todos, se les sigue viendo cruzando campo; del corte de caña al arrozal, del maizal a la cosecha de papa. Cargando sus cacharpitas, arrastrando sus familias a veces, y siempre a pata limpia. El caballo se les quedó en el escudo, en las ganas, en los sueños, en la memoria, y, quizás, en el "algún día..."

Mauricio Rosencof

Elenco: Levón, Luis Manzione, Gloria Demassi, Juan Fco. Vidal Del Carril, Jessica Archetti Ramis, Dumas Lerena, Nelly Antúnez, Jorge Triador.

Escenografía: Osvaldo Reyno

Vestuario: Amalia Lons

Iluminación: Jorge Nocetti

Música: Carlos da Silveira