Oh papá, pobre papá, Mamá te encerró en el ropero y yo me siento muy triste

de A. Kopit. Dirección Luis Cerminara.

Estreno: 28 de marzo de 1986. Sala Verdi

Este texto representa el típico teatro de los años 50 en E.E.U.U.

Como en todo el mundo, también la literatura dramática norteamericana acusó el impacto que provocaron los dramaturgos europeos  de lengua francesa de los años 50, ambiguamente llamados "del absurdo" (Ionesco, Beckett, Genet, Adamov, por citar a los cuatro de siempre), ampliados a la lengua inglesa con Pinter, pero también con la  influencia anterior de Giraudoux, Anouilh, Shaw.

El talento de Kopit consistió, en ese momento, sin embargo, en extender su burla al lenguaje, a la institución social "yankee" llamada el momismo, el feroz matriarcado que se confunde o se alia con el Poder. ¿Qué quedó de todo ésto? De todas estas paradojas y protestas?
Títulos como éste, que también podría traducirse, "Ay papá, pobre papito, Mamá te escondió en el placard, y yo me siento tan triste..." que por su extensión, se emparenta con otros del mismo Kopit, como el divertido "El día que las prostitutas se fueron a jugar al tennis" o "En la autopista de la Vida, uno nunca sabe qué es lo próximo que va a sucederle", o el más escueto "Indiands". Todos textos donde campea el humor negro, la sátira de las costumbres, el terrorismo verbal. Arthur L. Kopit nació en Nueva York y es un culto escritor graduado de la universidad de Harvard, de donde obtuvo una beca para viajar por Europa. Esta obra se presentó por primera vez por un grupo de estudiantes graduados de Cambridge, Massachusetts, en enero de 1960;  también se filmó una versión cinematográfica con Rosalind Russel, que no fue distribuida comercialmente, al parecer destruída por los productores. La crítica teatral  de Boston tuvo una curiosa respuesta a la obra: el "Christian Science Monitor" opinó que Kopit mismo "estaba convencido que la protagonista Madame Rosa estaba 50% en lo cierto".

La obra contiene, además, alusiones (¿involuntarias?) al Tercer Mundo, y Latinoamérica en particular. La protagonista tiene en su poder plantas carnívoras y peces pirañas del Matto Grosso. Se desarrolla la acción, insólitamente, en La Habana, Cuba, en una fecha no menos alusiva:  año 1959, con el arribo a la ciudad de las masas revolucionarias lideradas por gente no menos conocida que esos animales y plantas autóctonas. El otro protagonista o agonista de la pieza es obligado por su madre (símbolo del autoritarismo) a coleccionar enormes cantidades de sellos, monedas, etc. En efecto, Jonathan, el hijo, colecciona, es decir "ahorra", y ya se sabe que coleccionar, acomular, guardar para si, detener, cometer agiotismo, acaparar, son desde siempre "guardar para la muerte", es decir, la base del capitalismo como sistema decadente sinónimo de museo, tumba, etc., algo que agoniza y que con su muerte se lleva la vida, sin que el damnificado, al que se lo priva de libertad, sea otra cosa que un sometido. El cuadro se completa con una niñera erótica y venal, símbolo del "tutelaje" y heredera del Poder de la Madre - araña - y un militar de la Armada, un Comodoro y Capitán del Navío, que desea vincularse o coquetear con la "Dueña" - Matriarca -, con esa viajera o "enviada", la clásica turista norteamericana devastadora, que guarda a su marido muerto en un ropero. (El poder represor por excelencia, las prohibiciones al hijo, etc.). Lo interesante no es cada uno de estos elementos en sí, sino la maestría con que Kopit los combina en la obra.

"Oh Papá..." estuvo en el repertorio de Teatro Uno de Montevideo (que la cedió para su representación por la Comedia Nacional), desde hace veinte años y fue dada a conocer en nuestro país en una lectura pública en "Amigos del Arte" en 1965.

Quiero dedicar esta versión a la memoria de mi amigo desaparecido Juan Carlos Cabrera Suárez, cuyo aporte para la traducción fue invalorable.

Alberto Restuccia

 

Elenco: Sonia Repetto, Ricardo Beiro, Elisa Contreras, Levón, Alejandro Inzaurralde, Rafael Palacios, Alvaro Borges, Daniel Spinno Lara, Javier Ernesto Peraza, Ausonia Conde, Javier Perazza, Luis Manzione, Yamandú Cruz, José Luis Morales, Ismael da Fonseca.

Ayudante de dirección: Levón

Escenografía: Osvaldo Reyno

Vestuario: Guma Zorrilla

Iluminación: Carlos Torres

Música: Julio Farías

 

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