Requiem para una dama otoñal

Estreno: 21 de abril de 1984. Teatro Solís

Es la obra del desamor y de la vejez. La protagonista se deja morir por desencanto, al comprobar que su ciclo está, al menos para los demás cumplido. Su decisión está hecha de lucidez, La vejez es el gran pecado del mundo actual. En una sociedad materialista, en un mundo superpoblado, la madurez se ha transformado casi en una falta contra la sociedad. Dentro de la célula familiar reducida ahora a su mínima expresión, ya  no hay lugar para los viejos. Fuera, las oportunidades se le niegan y hasta las casas se construyen prescindiendo de ellos porque, pareciera ser, no existe un rol definido que puedan llenar. La imagen del abuelo venerable ha desaparecido y, por consiguiente, el respeto por la ancianidad. La publicidad, los intereses vitales, giran en torno al espejismo de una juventud dorada, de tapa de revista, cuyo único mérito se agota en su propio brillo efímero. El día en que se desencadene la próxima guerra atómica, tendrán derecho a entrar en los refugios sólo aquellas personas que tengan menos de treinta años, y sin embargo no hay estadistas, filósofos ni premios Nobel de esa edad.
Es relativamente fácil plantear el problema del viejo cuando  ha llegado a la decrepitud. Piezas realistas, sainetes y comedias han abusado, aun entre nosotros, de ese estereotipo. La presente obra plantea el problema dentro de otras coordenadas. La protagonista ha perdido su entorno. Materialmente ni es carga ni necesita de nadie, tiene asegurada su subsistencia . Pero privada de su mundo efectivo elige libremente dejarse morir.

Dentro de los encuadres de un realismo poético a medio camino entre las mágicas sugerencias de Chéjor y los diálogos elípticos de Pinter, la obra busca climas muy particulares, donde lo que interesa no ee nunca el texto en sí, sino las intenciones subyacentes. Construida en torno a un vacío donde la protagonista casi no habla, es una pieza de sobreentendidos, una elipsis de diseño sutil.
 

En un concurso auspiciado recientemente por instituciones culturales y diversas firmas comerciales obtuvo, entre una treintena de competidores, el primer premio por unanimidad, concedido por un jurado integrado por el escritor D. Angel Curotto, el director Jaime Yavitz y los críticos Julio Novoa, Jorge Pignataro y Rubén Castillo

Elenco: Claudia Rossi, Gloria Demassi, Elisa Contreras, Nelly Weissel, Nelly Goitiño, Maruja Santullo, Armando Halty, Dumas Lerena, George Pugh, Sebastian Nápoli, Marisa Alcalde, Claudia Dominguez

Escenografía: Carlos Carvalho

Vestuario: Elisa Fló

Iluminación: Carlos Torres

Traspuntes: Alejandro Rey, Miguel Perez