La señorita Julia

Estreno: 5 de octubre de 1973. Teatro Solís

August Strindberg, dramaturgo sueco del siglo XIX, manifiesta en sus obras un extraordinario conocimiento del alma humana, especialmente en lo que se refiere a la pasión amorosa. La relación entre el hombre y la mujer domina su temática apareciendo siempre las parejas como dos combatientes que se atraen y se rechazan en una lucha sin fin.

En el caso de "La Srta. Julia", la batalla de sexos sirve de sostén al andamiaje de la obra, pero además , se agrega, el problema psicológico del bagaje que cada individuo lleva consigo. Antepasados, educación, influencias familiares, diferencias sociales, recuerdos: "se puede huir si, pero los recuerdos nos siguen como el equipaje"... dice la Srta. Julia lo que determina una forma de conducta, un destino, al que nadie puede escapar.

Así el instinto de la Srta. Julia la lleva a descender, la ambición empuja a Juan hacia lo alto. Ambos buscan en su unión realizar sus sueños, cumpliendo con la ansiedad de su carga pasional, manejada por una poderosa atracción física que no reconoce diferencias sociales, ni prejuicios, ni principios.

Pero Strindberg es pesimista. Nadie puede cambiar la ubicación que nos señaló el destino, sin desencadenar la tragedia. La única que mantiene el equilibrio es Cristina. No se moverá de su sitio, y por eso su minúscula y agresiva dignidad permanece intacta.

Como si la hubieran condenado al uso de múltiples máscaras que le impiden encontrarse a sí misma la Señorita Julia se interroga:
"¿Quién es culpable de todo lo que me pasa? ¿Mi padre, mi madre, yo misma? ¿Yo? Pero yo no tengo yo. Todos los pensamientos los recibí de mi padre, todas las pasiones de mi madre..." y luego: "¿De quién es la culpa? ¡qué importa eso! yo soy la que soporto la responsabilidad; la que sufro las consecuencias..."

Y así se oiga el llamado de la campanilla que oprime la mano del Sr. Conde, símbolo de las fuerzas demoníacas y ocultas que mueen al hombre como un títere, cada uno de los personajes tomará la actitud que le impone previamente su condición.

Elenco: Estela Castro, Jaime Yavitz, Nelly Antúnez

Escenografía: Carlos Carvalho

Vestuario: Guma Zorrilla

Música: Eduardo Gilardoni

Iluminación: Carlos Torres