El oficio del actor

10/06/2014 | Encuentros entre periodistas y actores del elenco de la Comedia Nacional, en Sala Verdi con entrada libre.

< Calendario de charlas >

miércoles 11 de junio, 20hs: 
Levón 
entrevistado por María Esther Burgueño

miércoles 18 de junio, 20hs: 
Lucio Hernández 
entrevistado por Leonardo Flamia

miércoles 16 de julio, 20hs: 
Andrea Davidovics 
entrevistada por Yamandú Marichal

miércoles 23 de julio, 20hs: 
Jimena Pérez 
entrevistada por Débora Quiring

Sala Verdi / entrada libre

La Comedia Nacional inaugura el ciclo EL OFICIO DEL ACTOR, cuatro encuentros con actores del elenco de la Comedia Nacional moderados por periodistas culturales, para tener una mirada profunda sobre el trabajo de actores y actrices.
Un diálogo mano a mano donde cuatro intérpretes compartirán su experiencia, sus orígenes en este oficio, su vocación, sus procesos de creación, los ejercicios, técnicas y herramientas que aplican en su trabajo y repasarán sus personajes más recordados. ¿A qué apela un actor para crear y contar historias?
Este ciclo de charlas busca acercar y dialogar con el público, fomentando instancias de encuentro e intercambio con los espectadores, a quienes está dirigida la actividad, revelando los secretos de un oficio tan particular como es la actuación, para un mayor conocimiento del mismo.

La principal herramienta del actor es él mismo, su voz, su cuerpo, el intelecto y la sensibilidad son puestas al servicio del personaje. El signo fascinante de su tarea es la duplicidad: vivir y mostrar, ser a la vez él mismo y otro, un ser de papel y un ser de carne. El actor es al mismo tiempo aquel que adquiere significado a través del texto y aquel que confiere significación al texto, de manera distinta en cada representación.
Al interpretar un personaje el actor se sitúa en el centro mismo del acontecimiento teatral. Es el vínculo vivo entre el texto del autor, las orientaciones interpretativas del director y la mirada y el oído del espectador. El actor encarna un personaje haciéndose pasar por él, es una presencia física que mantiene verdaderas relaciones “cuerpo a cuerpo” con el público, que es invitado a captar la dimensión inmediatamente palpable y carnal, pero también efímera e inaprensible, de su aparición.
Para llegar al personaje el intérprete tiene que aprender cómo dejar de ser él mismo, abandonar durante cierto tiempo su propio yo. Deja espacio en su mente y en su cuerpo para que ese ser ficticio se haga visible ante los espectadores.

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