La Celestina

de Fernando de Rojas. Dirección Horacio Buscaglia.

Estreno: 22 de junio de 2000. Sala Verdi

Prólogo de la obra "La Celestina".

Tragicomedia de Calisto y Melibea nuevamente revista y enmendada con adición de los argumentos de cada auto en principio. La cual tiene demás en su agradable y dulce estilo muchas sentencias filosofales y avisos muy necesarios para mancebos, mostrándoles los engaños que están encerrados en sirvientes y alcahuetes.

Y pues es antigua y visitada de largos tiempos, no quiero maravillarme si esta presente obra ha sido instrumento de lid o contienda a sus lectores para ponerlos en diferencias, dando cada uno sentencia sobre ella a sabor de su voluntad. Unos decían que era prolija, otros breve, otros agradable, otros oscura; de manera que cortarla a medida de tantas y tan diferentes condiciones a solo Dios pertenece. Mayormente pues ella con todas las cosas que al mundo son, van debajo de la bandera de esta notable (noble) sentencia: "que aun la misma vida de los hombres, si bien lo miramos, desde la primera esas hasta que blanquean las canas, es batalla". Los niños con los juegos, los mozos con las letras, los mancebos con los deleites, los viejos con mil especies de enfermedades pelean, y estos papeles con todas las edades. La primera lo bolla y rompe, la segunda no los sabe bien leer, la tercera, que es la alegre juventud y mancebía, discordia. Unos les roen los huesos que no tienen virtud, que es la historia toda junta, no aprovechándose de las particularidades, haciéndola cuento de camino; otros pican los donaires y refranes comunes, loándolos con toda atención, dejando pasar por alto lo que hace más al caso y utilidad suya. Pero aquellos para cuyo verdadero placer es todo, desechan el cuento de la historia para contar, coligen la suma para su provecho, ríen lo donoso, las sentencias y dichos de filósofos guradan en su memoria para trasponer en lugares convenibles a sus actos y propósitos. Así que cuando diez personas se juntaren a oír esta comedia, en quien quepa esta diferencia de condiciones, como suele acaecer, ¿quién negará que haya contienda en cosa que de tantas maneras se entienda? Que aún los impresores han dado sus punturas, poniendo rúbricas o sumarios al principio de cada auto, narrando en breve lo que dentro contenía:  una cosa bien excusada, según lo que los antiguos escritores usaron. Otros han litigado sobre el nombre, diciendo que no se había de llamar comedia, pues acababa en tristeza, sino que se llamase tragedia. El primer autor quiso darle denominación del principio, que fue placer, y llamóla comedia. Yo viendo estas discordias, entre estos extremos partía agora por medio de la porfía, y llamela tragicomedia. Asi que viendo  estas conquistas, estos dísonos y  varios juicios, miré a donde la mayor parte acostaba, y hallé que querían se que alargase en el proceso de su deleite de estos amantes, sobre lo cual fue muy importunado; de manera que acordé, aunque contra mi voluntad, meter segunda vez la pluma en tan extraña labor y tan ajena en mi facultad, hurtando algunos ratos a mi principal estudio, con otras horas destinadas para recreación, puesto que no han de faltar nuevos detractores a la nueva adición.

 

Elenco: Estela Medina, Andrea Davidovics, Oscar Serra, Julio Calcagno, Pablo Varrailhon, Elisa Contreras, Alejandra Wolff, Miguel Pinto, Marisa Ramis, Cristina Machado

Músicos: Martin Buscaglia y Paolo Buscaglia

Escenografía: Adán Torres

Vestuario: Nelson Mancebo

Iluminación: Carlos Torres

 

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