Alcanza con que tu me ames
Second Service - de Slawomir Mrozek. Versión y dirección: Hector Manuel Vidal
Estreno: 25 de mayo de 1990. Sala Verdi
Las obras de Mrozek, se inscriben dentro del teatro político. Sin duda. Para ser más precisos digamos que se trata de comedias psicológicas sobre temas políticos. Desde sus primeras piezas en un acto, escritas entre 1960-63, encontramos al hombre triturado por fuerzas que nos resultan facilmente identificables: en "Alta mar" una pseudo- democracia al servicio de los intereses del más fuerte; en "Strip - tease" un poder totalitario, anónimo, oculto, frente al cual sus víctimas ni siquiera intentan rebelarse. En "La Casa Frontera" la política irrumpe en la vida de una familia modesta; una conferencia de paz establece nuevas fronteras que conducirán a la guerra.
"Tango" nos describe una época en la que los hombres llegaron a la libertad absoluta, eligieron el "Orden de la Libertad contra la rutina de las Convenciones". El protagonista se rebela contra la libertad "la anarquía, la barbarie y la decadencia", intentando resucitar un orden ya caduco. Su destino es ser aplastado como los demás. La forma es vacía, por lo tanto estéril; el poder, esa fuerza bruta, no tiene ninguna dificultad en destruirlo.
El absurdo que Mrozek nos plantea no es más que aparente, pero como el autor tiene la facultad de ver el lado cómico o, mejor dicho, ridículo de sus semejantes y de la condición humana, nos muestra un mundo poblado de criaturas risibles, atacadas por su respetabilidad, avergonzadas de sus reveses, infladas por orgullosos insignificantes, agitadísimas y desamparadas. En sus primeras obras estos personajes se debaten en situaciones cómicas: se levantan barreras "aduaneras" en medio de una mesa familiar, se realizan elecciones libres con voto secreto en un bote a la deriva; una abuela revoltosa frecuenta el mundo del bajo, se emborracha y juega al pocker, pero como penitencia se acuesta en un catafalco rodeado de cirios encendidos; victimas designadas de antemano eligen dejarse comer como "hombres nuevos, mejores, en un sacrificio libremente aceptado"... etc., etc.
"Second Service" podría ser definida en primer lugar como una comedia de infidelidad a los ideales de la juventud, no porque estos fueran falsos o criminales, sino porque aquel que los encarnaba perdió. Papá reniega, por lo tanto, de su juventud: durante 20 años se dedicó a borrar hasta el recuerdo mismo de aquel amor que sentía por su jefe, su maestro; se enriquece, haciendo a sus semejantes el mal que es indispensable hacer para ganar en la vida, en realidad, no es peor que los demás. Y tiene un hijo. Así comienza la comedia del conflicto entre generaciones...
Apuntes de T. Dzieduszycka (1964) Traductora de la obra para su estreno en Francia.
El posmodernismo se presenta como la antítesis de la modernidad y, por tanto, como negación de la razón en que se sustenta y de la historia en que pretende realizarse. Ahora bien, ¿es posible salvarla de esas negaciones?
Las críticas que se hacen a la modernidad desde el seno de ella misma arrancan de su ambivalencia: liberadora y destructiva. Pero, ciertamente, ya no estamos en la modernidad que era objeto de esas críticas. La absolutización de su potencial destructivo con el armamento nuclear, la elevación del proceso de enajenación, reificación y burocratización que alcanza dimensiones desconocidas en la modernidad, la extensión de la racionalidad instrumental, tecnológica, que linda con la irracionalidad: todo ello nos incita a reconocer unas condiciones actuales de existencia, las propias del capitalismo tardío o multinacional, que por ser irreductible a las de la modernidad, las del capitalismo moderno, clásico, podemos denominar - sin que el término nos inhiba, pues no se trata de palabras - condiciones "pos-modernas".
A estas condiciones respondería el posmodernismo al aportar una visión de la realidad posmoderna que cumple la función ideológica de contribuir a condenar a los hombres de la inacción, la impotencia o la pasividad.
Contribuir a fundar, esclarecer y guiar la realización de ese proyecto de emancipación que, en las condiciones posmodernas, sigue siendo el socialismo - un socialismo, si se quiere, posmoderno- sólo puede hacerse en la medida en que la teoría de la realidad que hay que transformar y de las posibilidades y medios para transformarla, esté atenta a los latidos de esa realidad y se libere de las concepciones teleológicas, progresistas, productivistas, eurocentristas de la modernidad que llegaron incluso a impregnar al pensamiento de Marx y que se han prolongado a nuestro tiempo. Lo cual significa a su vez que echar en saco roto las críticas de la modernidad después de Marx, no lo que la crítica del posmodernismo ha aportado - sin proponérselo - a esa emancipación.
Adolfo Sánchez Vázquez (1989) de su artículo "Posmodernismo, Posmodernidad y Socialismo" publicado en la Revista de Casa de las Américas
Elenco: Andrea Davidovics, Roberto Fontana, Delfi Galbiati, Oscar Serra
Escenografía: Osvaldo Reyno
Vestuario: Laura Lockhart
Iluminación: Carlos Torres
Ambientación sonora: Fernando Condon