Las fenicias

de Eurípides. Dirección Aderbal Freire - Filho

Estreno: 29 de setiembre de 1995. Teatro Solís

En las tragedias, los griegos inventaban el teatro, como nosotros lo hacemos ahora, en el siglo del cine-teatro. Son invenciones distintas. Los griegos salían d elas fiestas, los ritos, los cantos y la danza hacia el teatro. Nosotros salimos del teatro muerto hacia el teatro. La afirmación es: en el momento en que los científicos logran juntar el cinematógrago y el fonógrafo, allá por los años 20 de este siglo, generan otro teatro, no efímero y universal. La muerte acecha al teatro.

La invención de los griegos sale de la épica hacia lo dramático. Ya no les convenía contar historias, sino vivirlas. Cuando la similitud es perfecta en el cine- teatro (mientras la televisión en los noticieros filma los hechos, él crea hechos y los filma; ¿Qué es lo falso, qué es lo verdadero?), al teatro no le queda sino volver a contar sus historias. O sea, los griegos vienen de la épica hacia el drama, nosotros vamos del drama hacia la épica.

Nos encontramos, aquí, nosotros y los griegos, alrededor de las fenicias. Estas pasajeras, en Tebas, en el momento de la guerra, de la crisis, hablan de otra realidad. Su llegada por el mar, después de enfrentarse a la naturaleza y vencerla, es la llegada de otro tiempo. Las Fenicias - la obra - cuenta una historia de muchas acciones y entre estas acciones están la muerte y la resurrección del teatro.

En alguna traducción inglesa esta tragedia se titula The Phoenician Damsels, las doncellas fenicias. Unas doncellas que cruzan los mares, se enfrentan a los peligros y a ese cruel animal, el hombre, sin decir, como Antógono, I BLUSH. Son mujeres eternas, para poder cumplir el destino de ser contemporáneas de todas las plateas, que es la función de los coros griegos. Además, doncellas: la más fuerte representación de la sensualidad; la femineidad contenida como un volcán. Esas doncellas fenicias son eternas pasajeras, salen de Fenicia en el principio de los tiempos y llegan hasta hoy, doncellas, misses, estrellas de cine, diosas.

Han pasado más de cien años desde la guerra de Paraguay a ésta otra acción entre cuatro países que se dicen hermanos. Ahora proponen un mercado, ellos, los fenicios, inventores del alfabeto y de la moneda, inventos que han generado el idioma universal y el banco mundial.

En mil quinientos y tantos, un señor Kinwelmersh reescribió esta tragedia y la llamó Yocasta. Rodeada de ciegos - su marido, los dos hijos - , Yocasta clama al sol: sus ojos desafían el brillo del sol. Ella necesita robarle toda la luz que pueda. Por esa sola acción trágica, también se podría titular Yocasta esa versión, a fines del siglo XX.

Cuando escribía, Eurípides hablaba de su tiempo. Sus personajes eran Creon, Polynices, Eteocles, pero hablaba de Pericles y de la lucha entre Esparta y Atenas, finalmente vencida por Esparta dos años apenas después de su muerte. Los griegos miraban hacia el pasado para mostrar el presente. Además, quizás sin saberlo escribían para el futuro: las pocas páginas que el tiempo guardó de las muchas que escribieron serán la base del teatro occidental. Los griegos enseñaron también que el teatro es un juego de espejos, que se reflejan hasta el infinito.

Edipo es el mito hombre. Los dioses no le perdonan que haya nacido, que sea inteligente, que pueda vencer a los monstruos, que ame, que genere a otros hombres. Por tanta audacia, lo maldicen; será perseguido, castigado, exiliado. ¿Para siempre?

Aderbal Freire - Filho

 

Elenco: Estela Medina, Levón, Luis Manzione, Oscar Serra, Catherina Pascale, Armando Halty, Daniel Spinno Lara, Jaime Yavitz, Mario Palisca, Duilio Borch, Sonia Repetto, Gloria Demassi, Claudia Rossi, Elisa Contreras

Actores invitados: Lucía Sommer, Virginia Marchetti, Claudia Venezziano, Soraya Olivera.

Ayudante de dirección: Leonel Dárdano

Escenografía: Adán Torres

Vestuario: Carlos Pirelli

Iluminación: Carlos Torres

Música: Coriun Aharonian

Letras de canciones: Aderbal Freire- Filho

 

 

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