ARDELE o la margarita

de Jean Anouilh. Dirección Sergio Otermin

Estreno: 15 de agosto de 1982. Teatro Solís

El diccionario teatral de Oxford, en su edición de 1952, reivindica para Anouilh "una preocupación constante por la grandeza y la dignidad del hombre". Colocada entre las piezas chirriantes, Ardele es, la obra maestra del autor y la crítica no ha vacilado, desde su estreno en 1948, en otorgarle el rango de obra perfecta.

Es dificil encontrar una pieza que ostente una arquitectura más depurada, una mayor economía de recursos, una escritura tan sostenida, un manejo mejor de los efectos teatrales. La margarita del subtítulo, que todos los enamorados han venido deshojando inocentemente, no es más que una ironía (me quiere... no me quiere...)  que repite, glósandolo, el gran lugar común de toda la literatura amorosa occidental.

En la cerradísima estructura de sus tres cuadros ARDELE es una suerte de enciclopedia del amor (al fin de cuentas un invento francés) y el resultado de siglos de exploración que resumen toda una cultura. Anouilh la escribió a los treinta y ocho años y la pieza puede considerarse como el eje de una visión muy personal del hombre, un enfoque que a lo largo de sus múltiples obras el autor fue afinando y volviendo más y más amargo.

Los personajes estan fijados en la angustia de sus sentimientos y cada uno de ellos progresa únicamente hacia el monólogo interior. De este modo cada agonista ilustra un ángulo posible del amor, fuerza terrible y destructora, pero también el estado ideal presentido e inalcanzable. Amorosamente construída con la perfección de las múltiples facetas de un diamante, el autor se las ingenia en ella para que cada enfoque contribuya a crear un cuadro admirablemente unitario. No existe el menor resquicio para el idealismo romántico o el optimismo freudiano, y sólo la desilusión campea a lo largo de toda la pieza que oscila entre el análisis de la sensualidad senil del viejo militar y el degustado desencanto del conde-autor, para el cual el amor ni siquiera puede llegar a compartirse.

La madurez de la concepción, el juicio lapidario sobre las relaciones humanas se proyecta hacia el futuro, transformando en siniestra parodia el juego de los niños, que será una repetición sórdida de la postura de sus mayores, en busca de una condenación sin apelaciones.

No hay que amar, dice el conde y , oscuramente, puede interpretarse que ese siniestro consejo de familia lo que persigue en último término es también salvar a Ardele de la enfermedad que los ha destruido.

La tesis de Anouilh es "que el amor es sucio" dice D´Amico. Pero quizás fuera más exacto decir "que el amor es imposible", apenas una engañosa farsa con la que pretendemos momentáneamente huir de la soledad.

Sergio Otermin

 

Elenco: Armando Halty, Cristina Machado, Susana Bres, Ricardo Beiro, Estela Medina, Eduardo Schinca, Oscar Serra, Nelly Weissel, Mario Palisca, Claudio Solari, Rosa Simonelli

Ayudante de dirección: Mario Palisca

Escenografía: Carlos Carvalho

Vestuario: Guma Zorrilla

Iluminación: Carlos Torres

 

Compartir