Orestes Caviglia

Orestes Caviglia fue un destacado actor y director argentino que, prohibido en su país, trabajó por varios años en la Comedia Nacional.

Orestes Caviglia nació en Buenos Aires en 1893 pero sus padres y hermanos eran uruguayos. También lo fue su origen teatral, estudió en Montevideo en la Escuela Experimental de Arte Dramático creada por iniciativa del gobierno de Batlle y Ordóñez en 1912 dirigida por la actriz italiana Jacinta Pezzana y por Atilio Supparo (*I). En Montevideo integró junto a la actriz Ilde Pivovano la cooperativa Ion, donde trabajó con Alberto Candeau.

En 1933, poco después del golpe de Estado de Gabriel Terra, Caviglia enfrentó al director del SODRE Ghigliani ante el intento de prohibir la representación de la obra de Zavala Muniz La cruz de los caminos. Caviglia amenazó con regresar a Buenos Aires y Ghigliani accedió. Fue la primera representación de una obra de Zavala en Montevideo. Después de ese episodio Caviglia emprendió con Candeau y otros actores uruguayos una gira por las provincias argentinas. Más adelante representaronLa cruz de los caminos en Buenos Aires. En esta ciudad Caviglia organizó varias Cooperativas cuando los empresarios le cedían espacios como la del Teatro Paris donde también actuó Candeau. Estas cooperativas, muchas veces de corta vida, fueron precursoras de la Comedia Nacional Argentina en la que Caviglia dirigió. También dirigió la compañia en el Teatro Politeama 1943 con un repertorio alta calidad estética (Nuestro pueblo de Thorton Wilde que haría en 1951 en Montevideo con la Comedia) Dirigió también el Teatro Municipal de Buenos Aires.
Candeau recordaba que los uruguayos que iban a trabajar a Buenos Aires consideraban a Caviglia como su orientador artístico (*II). En forma paralela desarrolló una nutrida carrera como actor de cine hasta que perseguido tuvo que viajar a Montevideo. Según el historiador argentino Pujol: Caviglia fue víctima de la intolerancia del peronismo. Julio Alcaraz, el peluquero de Evita, lo había visto rondar un set cinematográfico en busca de trabajo, cuando su nombre ya figuraba en la lista negra. El peluquero lo había denunciado inmediatamente: ningún estudio podía contratar a Caviglia, la orden era muy clara. El actor tuvo que exiliarse en Montevideo. Allí trabajaba como director de la Comedia uruguaya, cuando su nieta radicada con sus padres en Tucumán, enfermó de poliomielitis. Para poder visitarla, Caviglia tuvo que extremar sus dotes actorales. Cruzó el río Uruguay en lancha, hasta llegar al Tigre. Desde allí, con barba postiza, sombrero y anteojos, tomó un micro hasta Tucumán.... (*III)
Dirigió en la Comedia Nacional desde 1951 hasta la caída de Perón cuando que regresó a Buenos Aires y asumió la dirección de la Comedia Nacional Argentina.

Durante sus largas permanencias en Montevideo, vivió con su esposa la actriz Ilde Pirovano en el Hotel Cervantes. 
La Comisión de Teatros Municipales contrató a Caviglia como Director de Escena (*IV). Considerado un hombre culto, refinado y de gran experiencia Caviglia participó con Margarita Xirgu, Angel Curotto y Justino Zavala Muniz en las grandes decisiones de la dirección de la Comedia Nacional en la primera mitad de la década de los cincuenta. Introdujo títulos importantes del teatro universal y propuso autores como Ibsen, O´Neill, Thorton Wilde, Pristley que la Comedia no había representado antes. Caviglia presenció la integración gradual de los alumnos y primeros egresados de la Escuela al elenco de la Comedia Nacional y participó en la selección de actores. Caviglia apostó a esos jóvenes, probándolos en papeles destacados. Fue considerado por ellos como maestro y reconocida su gran capacidad para elegir los repartos. Se le recuerda como un director que daba al actor libertad, que permitía a crear.

Su primer trabajo en la Comedia Nacional fue, en 1951, la dirección de Nuestro pueblo de Thorton Wilde, en que también actuaba en el papel del narrador. La obra era conocida por el público uruguayo porque el propio Caviglia la había traído años antes con la compañía de Eva Franco al Teatro 18 de Julio y por la versión cinematográfica. La crítica del diario Acción, siempre dispuesta a defender a la Comedia Nacional planteaba: el calificado, equilibrado y desenvuelto trabajo del conjunto... (y le reservaba) sólo un aplauso y agradecimiento particulares a Orestes Caviglia el soberano ?regisseur? y narrador de la obra, quien, estableciendo un estrecho vínculo con la sala y borrando la divisoria entre actores y público, completa y suceptiblemente ha cumplido con las prescripciones y exigencias del dramaturgo poeta. Respeta la prevista economía de medios y decoraciones, que es riqueza, procurando en cambio un elocuente juego de luces (¡la escena del entierro con las luces amarillas y verdes sobre los paraguas mojados!) y de sonidos... (*V)

El Debate, habitualmente opositor a las iniciativas de la comisión de Teatros Municipales, consideró aNuestro Puebloel primer importante estreno de los elementos dependientes de la Comisión de Teatros Municipales. (*VI) Reconoció la expectativa que provocaba la obra y la incorporación de un director como Caviglia: Nuestro Pueblo, importante expresión del teatro contemporáneo, debida al fino espíritu creador de Thorton Wilde, ha despertado en nuestro público un lógico interés, que se ve acrecentado por la actuación y dirección de una prestigiosa figura del teatro y la cinematografía rioplatense: Orestes Caviglia, que se vincula así a la Comedia Nacional. (*VII) En otra nota al referirse a la interpretación: Merece mención especial, el Director y actor Orestes Caviglia. Fue el suyo, un triunfo legítimo. Demostró ser un Director capacitado y honesto, que creó el clima adecuado al carácter de la pieza, sin caer en concesiones. Explotó al máximo, las condiciones de sus dirigidos. Fue elegante y preciso en la concertación de las situaciones. El movimiento escénico fue perfecto. Como autor, Caviglia no declamó su texto. Lo dijo con seguridad y belleza. La meditación, el análisis reflexivo, la integración palatina de la acción, la realizó magníficamente. Dio siempre el tono preciso, y fue dueño del matiz. En síntesis, una labor completa y brillante de Orestes Caviglia y una de las realizaciones más logradas del Conjunto oficial. (*VIII)

En el mismo año, pocos meses después de la muerte de George Bernard Shaw, Caviglia puso en escena la comedia El soldado de chocolate. Desde las páginas de El País (presumiblemente Antonio Larreta) consideró al espectáculo (en líneas generales): uno de los mejores que ha ofrecido el elenco oficial, precisamente en un terreno ?el de la comedia británica- que dista mucho de ser conveniente a la mayoría del elenco.
A Orestes Caviglia, el director, cabe por cierto el mérito principal de la representación, la feliz coordinación de los elementos dentro de una comprensión efectiva del espíritu del autor y del tono de la comedia.
 (*IX)

Al año siguiente Caviglia dirigió Santos Vega del escritor uruguayo Fernán Silva Valdés. En el espectáculo participaban alumnos de la Escuela, había canciones coloniales recogidas por Lauro Ayestarán y la escenografía de José Echave se basaba en bocetos de Saulo Benaventa quien también había diseñado el vestuario. La crítica consideró al texto falto de sustancia dramática. Antonio Larreta opinó que la Comedia Nacional: puso de su parte un máximo de empeño en que las cosas salieran bien, pero no alcanzó a justificar la errónea elección del texto sin validez teatral.
De esta jornada inaugural, sólo quedarán en el recuerdo las excelentes escenografías de Saulo Benaventa, realizadas por José Echave, y que apoyadas por una iluminación correcta, dieron a la representaciónuna bella visualidad. Benavente demostró lo que pueden la imaginación y el buen gusto aun cuando se trabaja material poco grato a la escenografía, como es el de ranchos y pulperías.
En cuanto a la representación en si misma, ella fue correcta, pero ni el director ?Orestes Caviglia- ni los intérpretes pudieron evitar la opacidad a que el texto los condenaba.
 (*X)

El mismo año, Caviglia dirigió y actuó en Ha llegado un inspector de J. B. Priestley. Junto a actores consagrados como Alberto Candeau y Maruja Santullo Caviglia incorporó a los estudiantes de la Escuela en roles importantes: Estela Medina (Sheila), Nelly Mendizábal (Edna) y Juan Jones (Eric).
Sobre el trabajo de Caviglia opinaba el crítico teatral de Acción: Compuso un espectáculo fino y brillante que hace honor a su jerarquía de regisseur y de actor, y a la condición y capacidad global de la Comedia Nacional. Puso a cada cual en su más justo lugar. Elaboró una movida y matizada actuación de teatro de cámara. Con esa esmerada y equilibrada labor de elenco, que siempre es de importancia vital. Distribuyó bien los personajes en la escena y las voces en el diálogo... y destaca: la juvenil Estela Medina Gillette reclama un elogio muy particular por una interpretación excelente en la que su papel toma existencia sensible, sentida, con gracia, dolor y elocuencia, en la que se reflejan debilidad y fuerza femenina... (*XI)
Al año siguiente Caviglia dirigió la primera obra de Eugene O´Neill que hizo la Comedia Nacional El deseo bajo los olmos que protagonizó junto a Maruja Santullo, Horacio Preve, Alberto Candeau y Enrique Guarnero.
En 1954 dirigió Casa de muñecas de Ibsen protagonizada por la muy joven Estela Medina en el papel de Nora. A Caviglia se le objetó haber trasladado la acción a la época contemporánea lo que habría desmerecido en parte la contundencia de la denuncia feminista. 
En abril de 1956, después de la caída de Perón, Caviglia, junto a Margarita Xirgu, regresó a Buenos Aires al frente de la Comedia Nacional que se presentó en el Teatro Cervantes con un repertorio integrado por Barranca Abajo, La Celestina, Tartufo, Nuestro Pueblo, El abanico Oficio de tinieblas.
Orestes Caviglia protagonizó el proceso de madurez de la Comedia Nacional y ganó respeto en el medio teatral uruguayo.



TESTIMONIOS

Orestes Cavilia: 
Creo que el teatro es inmortal si sabe adaptarse a las necesidades de su tiempo y refleja el momento en que se vive. Las obras que hoy amamos del teatro antiguo fueron precisamente las que con más pureza representaban la vida en sus distintas épocas. El teatro moderno debe hacer lo mismo . O sea, ser el espejo fiel de la vida conforme se va viviendo.
El cine es otra cosa. En realidad, el cine es el director de la película. Allí el actor no cuenta. Su personalidad tiene que convertirse en la personalidad del director. Y cuanto mayor sea la mutación, mayor será el éxito artístico de la peñícula... o el fracaso, si el director es malo. 
(*XII)

Dumas Lerena: 
En cierta medida era como director opuesto a Discépolo, ya que no marcaba al actor , dejaba hacer, buscar el personaje. Dejaba libre. Tenía buen ojo para elegir repertorio y elenco. Le gustaba la gente jóven , le daba oportunidades . Sus predilectos eran Candeau y China. En ?Ha llegado un inspector? le dio papeles protagónicos a Estela Medina, Nelly Mendizábal y Estela Castro que eran alumnos. (*XIII)

Juan Jones:
Con Caviglia, el actor era la cometa con el hilo cortado....volaba solo, podía crear?Seleccionaba muy bien los títulos y Zavala lo respetaba, se ponían de acuerdo supongo, nosotros no teníamos acceso, pero a Candeau lo consultaban mucho y a Guarnero. (*XIV)

Nelly Mendizábal
Vivía en Argentina y se vino por la época de Perón, y enseguida fue contratado para dirigir la Comedia. Era buenazo, dejaba hacer, no marcaba, Margarita si, Caviglia no, era muy respetuoso del trabajo de cada uno, pero a veces se pasaba de respetuoso. También tenía sus preferidos, una era Estela Medina....Ah si! En Santos Vega con Estela Medina hacíamos las dos mulatas que servían mate.(*XV)

Alberto Candeau:
El era un actor inteligente y culto, no era un director que bregara por marcarle el personaje al actor, no le imponía su yo actoral, le imponía sí la línea psicológica del personaje, su dirección tenía un carácter imperceptible, orientaba al actor con un hilo conductor sin hacerle perder su propia individualidad, su propia personalidad...
(Sigo incursionando en el drama rural) cuando Caviglia me designa para hacer el Don Zoilo de ?Barranca abajo?...Caviglia había advertido que, al representársela, no se acentuaba la debida fuerza trágica que tiene la obra en su tercer acto. Así fue que puso el énfasis en marcar esos pasajes que, por momentos, tiene la estatura de la tragedia griega como nos dice nuestro ensayista Alberto Zum Felde. Orientado por Caviglia pude dar un don Zoilo que se ha convertido en uno de los principales logros de mi carrera. 
(*XVI)



Obras dirigidas por Orestes Caviglia en la Comedia Nacional

1951
Nuestro Pueblo de Thorton Wilder
El soldado de chocolate de Bernard Shaw

1952
Santos Vega de Fernán Silva Valdés
Ha llegado un inspector de J.B. Priestley

1953
Barranca abajo de Florencio Sánchez
El deseo bajo los olmos de Eugene O´Neill
Moror tal vez soñar de Carlos Denis Molina

1954
Casa de Muñecas de Henrik Ibsen
Oficio de Tinieblas de Antonio Larreta
La invitación al Castillo de Jean Anouilh


1955
La Gringa de Florencio Sánchez

1956
La novia de los forasteros de Pedro E. Pico

1961 
Viaje de un largo día hacia la noche de Eugene O´Neill

1965
Un hombre para todo el tiempo de Robert Bolt


NOTAS

(*I) Rela Walter, Diccionario de autores teatrales uruguayos-Breve historia del teatro uruguayo s.XIX y XX, Ed Proyección, 1988, pag15


(*II) Candeau, Alberto, Cada noche es un estreno, Acali, 1980. Tomo I, pag 100 

(*III) Pujol, Sergio, Discépolo, Buenos Aires. Emecé, 1996, pag 338 

(*IV) En enero de 1953 se le contrata como ?director de escena permanente? con la remuneración de 800 pesos mensuales según Acta 148/ 53 de la Comisión de Teatros Municipales, Archivo de la Comedia Nacional. 

(*V) Acción, 5 de mayo de 1951, pag 6 (relevado por David Telias)

(*VI) El Debate, 22 de mayo de 1951, pag 5 (relevado por David Telias) 

(*VII) El Debate, 22 de mayo de 1951, pag 5 (relevado por David Telias)

(*VIII) El Debate, 28 de mayo de 1951, pag 5 (relevado por David Telias)

(*IX) El País, 22 de octubre de 1951, pag 18 (relevado por David Telias)

(*X) El País, 17 de abril de 1952, pag 6. (relevado por David Telias)

(*XI) Acción, 22 de setiembre de 1952, pag 7. (relevado por David Telias)

(*XII) Entrevista en diario Acción, 30 de mayo de 1951, pag 3. (relevado por David Telias) 

(*XIII) Declaraciones a la autora el 22 de setiembre de 2004

(*XIV) Declaraciones a la autora en octubre de 2004

(*XV) Declaraciones a la autora el 29 de julio de 2004

(*XVI) Candeau, Alberto, Cada noche es un estreno, Ed Acali, 1980, Tomo I, pag 136

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