Woyzzeck

de Georg Büchner. Dirección Sergio Otermin

Estreno: 11 de agosto de 1984. Sala Verdi

UN LARGO SUPLICIO TEMBLOROSO Y CERRADO

Estudiosos y conocedores, especialistas en el campo teatral muy alejados los unos d elos otros, por ejemplo Arturo Adamov, Jean Duvignaud, Bertolt Brecht, Antonin Artaud, Piscator, etc. tienden a considerar la obra de Büchner en general y Woyzzeck en particular como el primer testimonio del teatro moderno. Y uno estaría tentado de agregar: El texto más importante y uno de los fundamentos indudables del teatro moderno.

Woyzzeck, pieza inacabada, escrita en 1837 por un joven de 24 años que la fiebre tifoidea mataría bien pronto, lleva en sí,  todos los gérmenes condensados del espíritu moderno. Desde la primera guerra mundial la obra de Büchner aparece asociada a la historia del movimiento de las ideas en el teatro actual. En la Alemania de Weimar, LA MUERTE DE DANTON, WOYZZECK,  y LEONCIO Y LENA son comúnmente representadas como teatro popular y , posteriormente, ampliamente difundidas luego del espaldarazo de Brecht y de Piscator. En Francia, en "El teatro y su doble" Antonin Artaud inscribe Woyzzeck en el repertorio de su teatro de la crueldad y es en esa tradición que Roger Blin, André Reybaz y últimamente Jean Duvignaud llevará la obra a escena en repetidas oportunidades. En 1936 Léo Lagrange propone la obra en el programa nacional de grandes espectáculos populares. En 1953 Jean Vilar monta La muerte de Danton en el T.N.P.

De regreso a Berlín, luego de la segunda guerra mundial, Bertolt Brecht continúa reservándose WOYZZECK como un espectáculo clave dentro del teatro épico que el mismo intenta imponer. Proyecta la recreación de este texto para ser representado por el Berliner Ensemble como una culminación de sus teorías. La muerte le impedirá cumplir ese deseo. En fin, en la "Breve historia de la literatura alemana" de Georges Luckacs, el filósofo y ensayista húngaro, afirma, hablando sobre Buchner: "Alrededor de 1830 no hay en Europa sino un sólo autor teatral a la altura de los problemas de su época, un poderoso creador cuya breve vida hizo que apareciera como un meteoro en el cielo de la literatura alemana: Georg Buchner."

Con Woyzzeck, Buchner compondría una obra que será un proceso a la sociedad de su tiempo. Todas sus obsesiones se centran aquí: El destructor poderío de la miseria, la oposición materialista entre la moral impuesta y la naturaleza a humana,la verguenza de la persecución ideológica, los males de la concienca oprimida y la tiranía de la vida en sociedad. Con Woyzzeck,  Büchner aborda los problemas de la creación dramática ahora diferente y nueva. Jean Duvignaud explica con toda claridad la naturaleza de esos problemas cuando escribe "Woyzzeck es el proletario que sube  por primera vez a la escena. No "el pueblo" como en Moliere, no el hombre bueno y "salvaje" de los románticos, no el noble comerciante o el simpático artesano de "Sueño de una noche de verano", sino el hombre radiado de la vida oficial, el marginado, y aún más, aquel al que se le han cerrado las puertas del lenguaje". (J. Duvignaud, Buchner, Ediciones de L*arche)

A causa de esto Woyzzeck constituye un mojón dentro de la historia del teatro modeno. El diálogo oscila entre el mutismo y la proliferación del lenguaje (el Capitán y sobre todo, el Doctor), entre el laconismo torpe de Woyzzeck  y las frases de sus interlocutores. Woyzzeck trata de servirse de las palabras, pero sus interlocutores las vuelven contra él. En esta lucha, la víctima es siempre refutada sin apelación. La sociedad, el mundo que lo ha alienado, acabarán por destruirlo definitivamente. En el drama del lenguaje tiene por lo tanto una función doble: Lenguaje- expresión ante todo, se vuelve un instrumento trágico, un instrumento ejecutor (en el sentido de verdugo) o instrumento de la fatalidad social.

Si Woyzzeck es una visión cruda del teatro de la persecución, no es menos cierto que esta clasificación no agota sus significados. Antonin Artaud concebía la obra de Buchner como UN LARGO SUPLICIO TEMBLOROSO Y CERRADO.

Y la construcción dramática de la obra autoriza esa visión, cuando uno piensa en esa acomulación de escenas cortas, elípticas y tensas donde la nerviosidad de Woyzzeck crece a medida  que la obra transcurre necesariamente hacia el desenglose trágico y sin solución, como una crueldad suplementaria del destino. Buchner concibió Woyzzeck como una sucesión de escenas yuxtapuestas destinadas a mostrar objetivamente uno de los procesos más odiosos de la alienación del hombre por el hombre en el seno de una sociedad que describe y muestra al espectador.

Esa toma de conciencia del espectador frente al espectáculo recién iba a descubrirla Brecht en pleno siglo XX como una de las necesidades esenciales del teatro épico de nuestro tiempo. Con Woyzzeck, Buchner descubrió como espresar en el teatro la totalidad de lo real y al mismo tiempo la dimensión verdadera de la creación dramática.

Cuando Buchner murió prematuramente en 1837 dejó creado un teatro moderno realista y lírico a la vez, cuya crudeza no ha sido quizás superada hasta nuestros días.

 

Elenco: Sonia Repetto, Ricardo Beiro, Maruja Santullo, Silvia Carmona, Catherina Pascale, Oscar Serra, Mario Palisca, Juan Carlos Worobiov, Ismael da Fonseca, Richard Ferraro, Félix Correa, Alejandro Inzaurralde, Yamandú Cruz, Bettina Mondino, Daniel Perera.

Escenografía y vestuario: Carlos Carvalho

Iluminación: Carlos Torres

Música: Fernando Condon

Sombreros: Fredy Scarón

Traspunte: Artigas Modernell

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