Diktat

de Enzo Cormann. Dirección Jaime Yavitz.

Estreno: 5 de setiembre 2002. Sala Verdi

La acción transcurre en un país que ha sufrido una guerra étnica, cuyos efectos invaden las vidas de todos sus habitantes, en la cual el espiral de la guerra destruye incluso la propia intimidad.

Dos medio hermanos que han tomado partidos distintos, se citan en un teatro abandonado, veinticinco años después de la guerra. Allí, explorarán sus odios y sus recuerdos de infancia, pero también las honduras y miserias de la condición humana. Cuando la sangre empiece a tirar más que los partidos, valdrán más muertos que vivos.

Yavitz, que ya había dirigido la obra en un ciclo de teatro leído en 1987, afirma que lo que lo atrajo fue el odio atroz entre gente que tiene un mismo origen . El autor no situó la pieza en ningún lugar específico, si bien algunas alusiones apuntan a la ex Yugoslavia. Yavitz entiende que podría ser también entre israelíes y palestinos, podría ser en Ruanda o Cachemira; en tantos lados. O incluso entre blancos y colorados en 1904 .

Era la guerra dice uno de los personajes. ¿Quién estaba en guerra? ¿Con quién estaba en guerra nuestra madre según tú? , responde el otro. Eras un niño , reconoce el primero. La sinrazón queda evidenciada y enseguida los pone a discutir si el viejo país en el que convivían era una nación o una población. Una tierra , dice uno. ¿Qué es una tierra? Un parking , el otro. ¿Y una nación? Un cementerio . Aquí, el autor parece jugar con palabras, pero está aludiendo a los teóricos de la ultraderecha francesa que han definido que una nación es un cementerio común .

Cormann, que estudió filosofía y se reconoce discípulo de Felix Guattari, no hace una simple denuncia de la guerra y menos de uno de sus bandos. Tampoco idealiza al hombre: Un frustrado y un perverso y un paranoico. Lleno de orgullo y de suficiencia. Un poco enfermo. Un poco hijo de puta. Un poco ignorante. Egocéntrico, cobarde, falso y frágil. Eso es el hombre: tú, yo, todos.

Jaime Yavitz, integrante del elenco desde que egresó de la EMAD en 1959, director artístico de la Comedia Nacional en extensos períodos entre 1980 y 2001, supo evitar la trampa retórica que suponía este texto y concentró todo este drama en la acción misma. Con un mínimo de elementos exteriores, extrae el máximo rendimiento de los actores Luis Manzione y Miguel Pinto, quienes tienen a su cargo trasmitir la tensión instalada en ese teatro abandonado -¿un país?¿un alma? ¿un pasado?-, rodeado de la hostilidad y la intolerancia.

Este escenario no es infrecuente en la dramaturgia de Cormann -actor, director y docente de teatro-, integrante de la generación que comenzó a escribir en 1980, autor de una veintena de obras, de canciones y de numerosos musicales que se han puesto en escena en los últimos tiempos. En numerosas obras suyas aparece el grupo mínimo en un encierro máximo y rodeado de hostilidad. En Cabale (1982) trataba el encuentro de un dirigente del IRA y una desconocida. En Palais Mascotte (1986) dos hombres y una mujer reconstruyen un homicidio en un cabaret abandonado rodeado por una guerra. Da Capo (1993) es un dúo para actor y saxofonista: un pianista ciego se va a suicidar y es ayudado por su amigo mudo. En Diverses Blessures (1996, ópera de bolsillo), la trama tiene lugar entre un fotógrafo y su modelo. En Ils sont deux désormais sur cette terre (1998), se trata de una obra para dos actores sobre los preliminares de la tortura y fue escrita para Amnistía Internacional.

Otra de sus situaciones recurrentes es el regreso al lugar del sufrimiento. En Berlin ton danseur est la mort (1982), la cantante Gretl Schüler vuelve a Berlín en 1946 luego de 15 años de exilio. En Le dit de Jesus Marie Joseph (1992, montado luego como oratorio jazz) un hombre recuerda, 20 años después, el sufrimiento de un día en el hospital psiquiátrico. En Toujours l orage (1996), se propone a un viejo actor representar Rey Lear en Berlín, lo que despierta recuerdos del campo-gheto de Terezin.

Diktat se presenta con el auspicio de la Embajada Francesa en el Uruguay.

 

Elenco: Miguel Pinto, Luis Manzione

Compartir