Danza de la muerte

de August Strindberg. Dirección Dumas Lerena

Estreno: 16 de diciembre de 1994. Sala Zavala Muniz

"En mis momentos de lucidez he pensado que el sentido era precisamente ése, que no llegásemos a comprender su sentido, y que, a pesar de ello, lo aceptásemos con resignación".

Dos personajes de la "Danza de la muerte" (1901) reflexionan sobre lo incomprensible que resulta el destino humano, cuyo sentido último deviene un confuso maremágnum.

Es justamente por esta ajenidad ante la comprensión de la Existencia que Strindberg constituye una raíz indiscutible de todos los movimientos teatrales del siglo XX.

Pero más allá de la semántica del desconcierto, debemos ver en este tipo de negaciones sobre el sentido de la vida, una propuesta de la forma. En ella la discontinuidad de la conducta de los personajes, sus saltos psicológicos, la inexplicabilidad de algunas de sus acciones, la violación del principio de causalidad y consecuencia, las elipsis, el resbaloso filo entre lo verdadero y lo falso, que tanto sobresaltan al espectador, no son más que el correlato escénico de ese otro desconcierto más ontológico.

El existencialismo en su teatro recogerá la herencia ideológica de Strindberg.

El Absurdo recogerá la herencia de las formas.

Y de este modo también será vigente lo que, a fines del siglo XIX Strindberg preveía: "Es posible que veamos nacer un nuevo arte dramático".

María Esther Burgueño

 

Elenco: Estela Medina, Jaime Yavitz, Armando Halty

Escenografía: Hugo Millán

Vestuario: Amalia Lons

Iluminación: Carlos Torres

Música: Fernando Condon

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