El león ciego
de Ernesto Herrera. Dirección Alberto Candeau.
Estreno: 1979. Sala Verdi. Luego Teatro Solís en Temporada de verano
No llegó a vivir veintiocho años (había nacido en Montevideo en marzo de 1889 y aquí murió en febrero de 1917), pero le bastaron a Ernesto Herrera para cruzar como un relámpago de talento y sensibilidad en medio de la calma provinciana de estas tierras, que acababan de ser despertadas artística y culturalmente hablando, por la recién estrenada generación del 900; y en el caso particular del teatro, por Florencio Sánchez.
Precisamente la doble circunstancia de ser casi quince años menor que éste, como quien dice pertenecer a la generación inmediatamente posterior; y haber comenzado a editar sus cuentos y estrenar su teatro en el mismo año de 1910 en que Sánchez morían en Italia, acostumbró a muchos a considerar a Herrerita- como se le llamara popularmente durante años- como un epígono, un segundón, un discípulo de Florencio. Nada más injusto e inexacto, por cuanto si bien ambos se afiliaron entusiastamente a la misma corriente naturalista y popular que sacudió hasta los cimientos -por no decir que lo fundó - el teatro rioplatense, con Payró, Laferrére y otros del lado argentino, y ambos abordaron una temática urbana o campesina reveladora de similares preocupaciones, poco o nada le debe el teatro de Herrera al de su famoso predecesor. De diálogo fuerte, prolijo y elaborado estilo, y precisamente diagramado, una media docena escasa de títulos (El estanque, Mala laya, La moral de Misia Paca, El Pan Nuestro) le aseguraron por sí solos un lugar en la dramaturgia nacional y dejaron flotando en el aire la interrogante sobre lo que hubiera sido capaz de realizar.
Pero fue sobre todo El león ciego, su obra mayor, la que le hizo trascender fronteras ubicando su nombre en lugar destacado de la literatura dramática hispanohablante, a la que aportó un arquetipo - el caudillo campesino - ya incorporado a la historia y la leyenda; una pieza sólidamente armada; un diálogo recio que atrae y envuelve al espectador; pero sobre todo, un encendido clamor pacifista al que difícilmente se puedan hacer oídos sordos. Más que una vaga y romántica ideología ácrata que pudo escandalizar a principios de siglo, ese clamor respondía a un profundo sentimiento humanista que atraviesa las décadas y que es el que explica el renovado éxito e interés de El león ciego, alimentando su permanencia y su viva actualidad, y justificando una vez más la reposición con que la Comedia Nacional recuerda que fue con ese título que inició sus tareas en 1947 en el Teatro Solís.
Jorge Pignataro Calero
Elenco: Marina Sauchenco, Maruja Santullo,Alberto Candeau, Horacio Preve, Dumas Lerena, Camilo Bentancur, Berni Dardel, Blanca Arrillaga.
Escenografía y vestuario: Carlos Carvalho
Iluminación: Carlos Torres
Traspunte: Isabel Martinez